¡Suelta el vaso Chris!

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Michael:

(18 de enero).

Lazari me hablaba de una película que había visto hace un tiempo, yo la escuchaba algo distraído, no sabía que hacia allí, nunca me gustaron las fiestas universitarias, cuando no eres un universitario lleno de estrés y ganas de morir con un día de libertad no son para nada divertidas.

Miré a Christian, estaba hablando con Elliot mientras miraban a los demás, ambos estaban igual o más aburridos que yo, suspiré.

Agata va a matarme.

  ♪♪♪♪♪  

—¿Eh?—Pregunté dejando mis piernas quietas.

—Michael, por favor—sonrió—Yo no soy la persona que quieres.

Oh no.

—¿A qué te refieres?—Pregunté nervioso.

—Tantos mensajes, tantas cartas, tantos diálogos de él, ah, Mike, lo tenía claro como el agua, pero quería verte a su lado.

No puede hablar en serio.

—La mirada que tienes para él, eres demasiado obvio—Dijo acomodando su cabello, esa tarde hacia frío, era diciembre.

Miré mis pies, nervioso.

—¿Me odias?—Pregunté—¿Te doy asco?

Agata me miró confundida y negó con la cabeza.

—Claro que no, sólo quiero que seas muy feliz, porque, seamos sinceros, nosotros somos más amigos que novios.

—¿Eso cambiará?

—¡No!—Dijo y tocó mi hombro—Necesito verte con Christian, luego ya si quieres dejas de ser mi amigo o algo así, aunque no es fácil deshacerse de mi.

Reí avergonzado.

—Te ayudaré, pero debes poner de tu parte.

—Vale.

  ♪♪♪♪♪  

Ya 1 mes de eso y no he hecho NADA.

Cuando Agata llegue y me vea lejos de Chris va a matarme.

Dayana también se daba la vuelta para mirarme en plan "muevete".

Ah claro, todos me miran mal, pero nadie sabe que aprovecho cada oportunidad para robarle un beso mientras duerme, putos.

Elliot también me miró fastidiado, ¿Qué les pasa hoy?

Tomé otro trago de cerveza y bostecé, ya quiero irme a casa.

Dayana y Max comenzaron a apostar dinero en el juego de cartas, al parecer su batalla ñoña de la edad clásica era digna de ver, ya que mucha gente los empezó a rodear.

Agata llegó saludando a mucha gente, fue hacia Lazari y hacia mi, saludó a ma azabache y a mi me miró mal, hizo señas con sus manos y se acercó alegre a Christian.

Agata, Chris y Elliot salieron, Lazari me miró y suspire cansado, de pronto unos tipos comenzaron a pelear cerca de nosotros, así que imitamos a los chicos y salimos al jardín.

Aunque eran más tranquilos, estaban mil veces más divertidos, unos chicos jugaban Basket, otros jugaban verdad o reto, a la botella, a las llaves, entre otros, luego estaban los valientes de la piscina.

Nos acercamos a los demás y nos sentamos frente a ellos, en el piso.

—¿Juguemos a las escondidas?—Preguntó Lazari al verlos a todos aburridos.

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