¿Quién soy?

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El castaño miraba a su alrededor, todo aquel que lo viera pensaría que ama a todos y era un agradecido de la vida, pero la realidad era otra.

Él odiaba a todos.

Porque tenían algo que él nunca podría tener.

...

Michael despertó con un horrible dolor de cabeza, quería moverse, pero al hacerlo sintió algo suave en sus manos, sin abrir los ojos siguió acariciando aquella cosa tan suave, acomodó su cabeza, recién hay pudo sentir los rizos de Christian en su barbilla, entonces reaccionó.

Aquella cosa tan suave era la espalda de Christian.

El oji cielo aún sabiendo la situación en la que estaba no hizo más que mantener sus manos en el mismo lugar y hundir su rostro en el cabello de Christian para seguir durmiendo, ya que los mínimos rayos de sol de la madrugada le dejaron ver la hora y era demasiado temprano aún.

Cuando volvió a abrir los ojos se vio completamente solo, Christian se había ido y no había sonido en los pasillo, así que se vistió y bajó las escaleras, el dolor de cabeza lo destrozada y al llegar al último escalón pudo ver que él no era el único.

Aunque no pudo ver al más bajito por ninguna parte.

Christian caminaba por las calles mirando sus pies, no sabía porque, pero estaba demasiado triste y enojado con la vida, siempre le pasaba cerca de esas fechas, cuando estaba cerca su cumpleaños.

El castaño siempre se sintió impotente de muchas cosas en realidad.

Como de ser sordo.

Llegó a un parque y vio a una chica usando audífonos para no escuchar a lo que él suponía, era su amiga.

Te odio, eres tan afortunada pero no lo sabes.

Aún recordaba con claridad el día de su cumpleaños, cuando sus compañeros le regalaron unos audífonos junto a un cuaderno de partituras y se burlaron de él.

Como los odiaba.

También recordó el día en que en el diario mural de la escuela apareció la frase 'sin música la vida sería un error'.

Los odiaba a todos.

Cuando estaba en el café y todos aplaudían para su hermana, la cual él nunca habia podido oír.

Quería morir.

O cuando al tomar el tren en los días nevados se preguntaba el sonido de las vías.

Cosas tan simples y difíciles a la vez.

Alguna vez habia tocado el piano, pero no llegaba a ninguna parte, no podía sentir nada.

No importa a dónde fuera, no podía escapar.

El silencio lo ahogaba y lo hacia inmóvil.

No podía ser positivo todo el tiempo.

¡Y NO PODÍA RECORDAR NADA!

DE TODAS FORMAS ¡NO TIENES DERECHO A SOÑAR! ¡MALDITO ADEFECIO!

SÓLO PEDÍA SER COMO LOS DEMÁS.

¿¡POR QUÉ MIERDA ERA TAN DIFÍCIL!?

SI QUIERA RECORDAR A SUS PADRES ¡NO!

¿Ellos de verdad están muertos?

Una mano rozó el hombro de Chris, era la mano de Max.

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