Parque de diversiones

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Christian:

Me puse mi gorra y metí algunas cosas en la mochila, salí de casa y me dirigí a la estación de trenes, se supone que debíamos vernos en 10 minutos y el parque me quedaba a 30, siempre era puntual, pero esta vez me había quedado dormido, así que estaba muy nervioso.

Apenas subí al tren empecé a jugar con las vendas de mi mano, ya habían pasado dos semanas, sin embargo Michael y los demás eran los que me hacían las curaciones, porque no querían que viera mi mano, tomaron fotos y prometieron mostrarlas cuando estuviese sano, aunque la verdad, la curiosidad me carcomia.

Miré a mi alrededor, habían muchas personas incluso a estas horas, un chico rubio subió en la tercera estación y se sentó a mi lado, ya que muchas personas (la mayoría) se habían bajado en esa estación,  lo miré con curiosidad, estaba seguro de que lo conocía de algún lado, él volteó y me miró, estaba molesto o algo así reflejaba su cara.

Dijo cosas que no pude entender y yo lo miré con curiosidad, el chico suspiró fastidiado y yo tomé mi celular para escribir.

“Lo siento, no puedo oirte, soy sordo ¿Qué dijiste?” Le entregué mi celular y apenas leyó lo que escribí me miró triste, pero había algo en su mirada que se me hizo raro, el chico se acercó a mi y me plantó un beso en la mejilla, sentí mi cara arder y el sonrió revolviendome el cabello.

¿Qué acaba de pasar?

Apenas llegamos a la estación más cercana al parque me bajé corriendo del tren y ya al salir caminé tranquilamente, soltando un suspiro, eso fue extraño.

Cuando llegué al parque pude ver a Lazari jugando con los niños en la entrada, busqué a Michael en mi campo de visión y lo encontré comprando las entradas, sonreí, se había arreglado, se veía bien, se veía diferente.

Lazari y los niños se lanzaron sobre mi, abrazandome, comenzaron a hacerme cosquillas, sentí que iba a morir, tomé mi mochila y saqué mis regalos, aunque cuando levanté la vista nuevamente no estaban allí, voltee y vi a los chicos abrazando al chico rubio del tren me tense, Lazari tomó mi mano y me acercó al grupo, yo trate de distraerme en algo, les entregué los regalos a los niños y miré hacia la dirección de los demás, rogando internamente para que comprarán las entradas rápido.

Los niños abrieron los regalos, eran dos dinosaurios de peluche, más bien, era una almohada, eran de colores distintos y traían un chocolate en uno de sus brazos, fue un alivio, no se había caído aún, los niños me abrazaron y corrieron hasta donde estaba Michael.

“Diganle que se apure” pensé, nervioso.

Sabía que los niños tenían un gusto especial por los dinosaurios, ya que ambos tenían pijamas con dinosaurios, también disfraces, cuando Jade pedía ayuda con sus tareas podía ver que su estuche era uno de un dinosaurio rosa, mientras que el de Andrés era de un dinosaurio verde.

Miré a Lazari, estaba hablando animadamente con el rubio, los miré detenidamente, entonces algo en mi cabeza hizo click y lo recordé a quien era, me sentí estúpido.

Era Elliot, el mejor amigo de Michael y el dueño de la casa donde Mike se emborracho.

Aún así, sabiendo quien era, seguía sintiendome incómodo y fuera de lugar, así que trataba de evitar mirarlos.

Caminé hacia una de las bancas y me quedé allí observando los juegos visibles  desde mi lugar, estaba seguro de que Michael era de aquellas personas llenas de adrenalina, mientras que yo no recuerdo venir nunca, así que esto sería emocionante y traumante.

Michael llegó saludó a Ryan y hablo un rato con él, luego ambos caminaron solos hacia el parque, Max se acercó a mi y a Lazari con 3 bebidas, nos saludó y nos entregó una, Alex venía detrás de Max, nos saludó con el puño y todos comenzamos a caminar, los niños seguían de la mano de Michael.

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