¡pero eso es raro!

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Christian evitó la mirada de Max el resto del día.

Cuando llegó a casa suspiró pesadamente, había sido un día bastante agotador, abrió los ojos y vió a Josh sentado en la mesa del comedor junto a algunos cuadernos, se quedó helado por unos segundos, odiaba que ese tipo estuviese en casa.

Subió rápidamente las escaleras y se preparó para irse a dormir lo más rápido que pudo, luego se fue a la cama sin antes dejar cerrada la puerta de la habitación con llave.

Despertó a las 4 de la mañana, sabía que aún era muy temprano pero se preparó para ir a la escuela, total, esta era la última semana antes de las vacaciones de verano, sólo iba a la escuela a garabatear un rato en su cuaderno y a leer algo.

Amarró el listón negro y se puso su pulsera identificadora, se cepillo los dientes y el cabello, últimamente se peinaba el cabello hacia atrás porque Michael le había dicho que así se veía más ordenado y tenía razón, era mejor de esa forma.

Mientras bajaba las escaleras su celular vibró, cuando lo tomó golpeó uno de los cuadros de la pared de la escala, haciéndole caer y romperse en muchísimos pedazos, volvió a dejar el celular en su bolsillo y bajo rápidamente para limpiar todo rápido, fue a la cocina por una escoba y una pala, barrió muy bien los escalones que tenían cristales para que nadie sufriera un corte, aunque lo dejó cuando levantó dos fotos del cuadro, lo cuál era raro, ya que la foto que estaba visible era sólo una.

Vio a Carter ir al baño desde el final de la escala, así que prefirió guardar las fotos en sus bolsillos y limpiar todo rápido.

Cuando terminó de limpiar fue a la cocina, en el refrigerador habían tartas que Carter traía del café, así que guardo 2 en la mochila, una para el desayuno y otra para la merienda, buscó sus llaves sobre el mueble, se volteó buscando sus llaves pero lo que vió en el estante de la cocina le hizo querer salir de casa.

Josh sostenía las llaves de Chris, el cual suspiró pesadamente acercándose a él.

Christian estiró su mano cabreado, no le gustaban los jueguitos del rubio, sólo quería sus llaves para irse pronto, saltó tratando de alcanzarlas, cosa que no logró, al contrario, casi cae sobre el tipo que tanto asco le daba, así que rápidamente se alejó, tomó su mochila y prefirió irse sin sus llaves.

Eran cerca de las 6 de la mañana aún, Christian sabía que la casa de Max no quedaba muy lejos, así que se decidió a ir a hablar con él, después de todo lo había evitado todo el día anterior y eso no era correcto, también era para decirle que lo que vió del café era simple curiosidad.

Si, eso, simple curiosidad, porque Michael y él sólo son buenos amigos ¿No?

Tocó el timbre y Lazari abrió la puerta, llevaba un vestido violeta vino que se le veía bastante bien, también llevaba el cabello amarrado y unos tacones que la hacían ver aún más alta, ella lo saludó con un beso en la mejilla y lo dejó entrar a la casa, donde vio Max tomando desayuno con su cabello recogido, cosa que le sorprendió bastante a ambos al verse.

Los ojos de Maximiliano eran distintos, uno era de un color café claro pero su pupila parecía estar dilatada, mientras el otro era de color verde con el rasgo especial de tener la pupila bastante similar a la de un gato, al igual que Lazari.

Max cubrió su ojo marrón rápidamente con su cabello, siendo como el Max que se veía todos los días, el menor le miró confundido, ¿Estaba avergonzado de sus ojos?

No era de eso de lo que tenían que hablar ahora, pero de todas formas tocarian el tema.

Max tomó la mano de Christian y lo llevó a rastras hasta su habitación, cuando llegaron el de ojos verdes cerró la puerta con su espalda y suspiró cayendo lentamente al piso.

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