malteadas empalagosas.

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Michael:

¿Hoy los pájaros cantan con más sincronía? ¿o soy yo que por los nervios les prestó más atención?

Ya ha pasado una semana desde el baile, no he visto a Chris debido a que estaba rindiendo sus exámenes atrasados, que no eran más de dos, pero se mató estudiando y ayer sólo quería dormir.

No hablamos de todo lo que pasó, es como si no hubiese existido, suponía que hablaríamos de eso hoy.

Mis manos están sudando, quiero creer que es por la calor.

Christian apareció entre un montón de gente subiendo las escaleras del metro, no era normal verlo vestido con sudaderas simples, menos negras, llevaba un gorrito negro y unos guantes sin dedos.

Se ve demasiado tranquilo.

Tengo la leve sospecha de que tiene esas pintas porque está muy resfriado.

Al verme alzó su mano levemente y se acercó, antes de saludarme estornudo cubriendo su boca con su brazo, entrecerré los ojos, tenía razón.

Me mostró su puño, lo golpeé con suavidad, sacó su audífono de la mochila y se lo puso, siempre se queja del griterío de la gente en los vagones.

No teníamos un plan, abrí la boca para preguntarle a donde quería ir, él estaba haciendo lo mismo, nos miramos, esto comenzó siendo incómodo.

¿Cine? Muchas parejas ¿centro comercial? Quizá, pero meh ¿Parque de diversiones? No. No de nuevo. ¿planetario? Era lindo cuando la gente respetaba el bello ambiente de aprendizaje, antes de ser un maldito motel.

Aprendizaje...

Alguna vez hace mucho tiempo en la escuela nos llevaron a un museo hiperactivo, pensé que no sería mala idea, no creo que nos vayamos a aburrir allí.

Busqué la dirección frente a la mirada atenta del castaño, le indique el lugar apenas lo encontré en google, podríamos pasar la tarde allí, él asintió emocionado y volvimos a bajar las escaleras del metro, compramos un boleto y esperamos la linea que google indicaba como 'fácil para llegar'.

Cuando estábamos ingresando a boletería caí en la cuenta de que eramos unos casi mayores de edad entre miles de niños, pero al parecer a Chris no le importaba, a mí tampoco entonces.

El museo se divide en 4 construcciones, una es un acuario, otra es la parte de juegos interactivos, la siguiente es un museo de historia y finalmente un museo del universo.

Para entrar debías pasar por unas serpentinas de goma colgadas en arcos de metal muy juntos entre si, Chris pasó lentamente, yo no, yo las pasé corriendo.

Cuando era pequeño se burlaron de mi por tenerle miedo a aquella exótica entrada, pero tenía 6 años, no podían pedir mucho, he sido un cobarde desde el día en que mamá me dio a luz (o quizás antes), eso me dejo con un leve trauma de 'no quiero pasar por esa mierda nunca más en mi puta vida'.

No sé porque Chris decidió entrar al acuario, no le gusta la oscuridad del agua, es una de esas pocas cosas que realmente le dan una pisca de miedo.

A este chico seguramente le leían los verdaderos cuentos de los hermanos Grimm y lo llevaban de paseo a Filadelfia, al museo de Mütter, no tiene miedo, mucho menos asco, pero este caso es una debilidad, no llega al miedo, pero tampoco está tranquilo.

De principio, tiburones, una gran bienvenida cuando recién sales de la oscuridad del pasillo, Chris se fue de espaldas por la sorpresa, lo alcancé antes de que cayese.

Todos los peces están separados por su información, peces globos, anguilas, betas y un montón que no puedo identificar.

El único lugar con buena iluminación era el sector de esqueletos, donde están los dientes de tiburón, los esqueletos de anguila, espinas y fósiles.

Mute Donde viven las historias. Descúbrelo ahora