Mute

Un día de nieve...

La chica sobaba inquieta la espalda de su hermano menor que lloraba sin control sobre sus ropas, había tenido otra pesadilla con lo que había pasado años atrás.

La chica levantó la carita de su hermano, demasiado delgado, demasiado triste, demasiado...

Traumado.

Quería exigir que trajeran a su hermano de vuelta, esos días en que ella le leía el principito y le decía que él era su rosa, que él era su zorro, porque era único  para ella en el mundo y él sin entender mucho reía con ganas, entonces jugaban con su hermanita menor y a veces salían con papá a casar estrellas y jugar a armar constelaciones, a su hermanito le gustaba mucho ese juego, a mamá no le gustaba nada, era una amargada, sólo le gustaba salir de compras, comprar cosas innecesarias y hablar con sus amigas en cuanto dinero gastó este fin de semana.

Ella debió dejar de ser adolescente para comenzar a ser mamá.

Era como si...

Esto fuera una pesadilla.

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Carter tomó a su hermano y lo puso sobre sus hombros, en ese momento alguien entró a la habitación y empujó a Christian hacia atrás para atraparlo en sus brazos.

—Hola—Susurró el chico castaño de ojos verdes, con su hermanito en brazos.

—¡Idiota! ¡Me asustaste!—Gritó la niña golpeando los hombros de su mellizo.

—Hey, tranquila, tengo a Christian en brazos.

Tenía razón.

Aquellos mellizos estaban al borde de cumplir 8 años, pero eran demasiado maduros, era probable que fuera porque debían cuidar a sus demás hermanos, Nick era el mayor, incluso aprendió antes a caminar, Carter aprendió gracias a él, Nick siempre era el que cuidaba a los demás y era maduro para todo.

—¿Cómo te fue en el reforzamiento?—Preguntó Carter.

—La verdad, están haciendo papeleo para hacer que me salte por lo menos 5 grados ¿no es genial?

—Para alguien que quiere estudiar leyes es estupendo—Respondió Carter sonriendo—Felicidades.

—Pero...¿Qué tal tú?

—Estoy igual, aunque el papeleo es para adelantarme sólo 3 grados, no me dan las matemáticas, aunque ya sabes que me voy a música, así que no creo que sea necesario esforzarme tanto como el próximo abogado de la familia.

—Que pesada eres—Carter rió.

—¡Nick será el mejor del del del universo!—Dijo Christian levantando sus bracitos.

—No bebé, tú serás el mejor del universo—Dijo el chico besando su frente.

—¿Amy está dormida?—Preguntó Carter.

—Tanto que parece muerta, ya sabes cómo es.

—Nieve, la nieve es bonita—Dijo de la nada Christian haciendo que sus hermanos se miraran confundidos y luego preguntarán.

—¿Quieres salir a jugar en ella?

........

—¡Michael, no toques mi violín!—dijo la chica de diez años arrebatando el violín de las manos de su hermano pequeño, haciendole llorar.

—Elizabeth, no seas así con tu hermanito—La chica se sintió culpable y miró a su papá y este le sonrió con dulzura, acarició su cabeza—¿Por qué no tocas algo para él? Ya sabes como se pone Michael cuando escucha algún instrumento.