Capítulo 18 Querer, Deber & Hacer

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-¡Llegué!. Grité cerrando la puerta de la casa pero no contestaba, lo primero que se me ocurrió revisar fue su habitación pero se encontraba vacía así que revisé el sanitario golpeando un par de veces la puerta.

-¡Ocupado!. Gritó Lucy y me tranquilice al saber donde estaba mientras regresaba a la cocina para sacar las compras de las bolsas y acomodar las en sus respectivos lugares, claro después de quitar les la etiqueta y dejar el pollo frito que he comprado para  cenar, y  después buscar mi móvil y enviar un mensaje de texto a Ximena.

Espero con ansias que sea mañana para poder ver te.

Escribó y dejó el celular en la barra de la cocina mientras vuelvo apurar a Lucy para que salga del baño y comenzar a cenar.

-He comprado pollo frito para cenar ¿puedes dar te prisa? ¿por qué estás tardando tanto? ¿te sientes mal?. Pregunté formando me un montón de ideas acerca sobre lo que puede ocurrir si Lucy se enferma, tendría que quedarme a cuidar la y arruinaría mis planes para mañana .

No lo dudó ni un momento y giró la perilla de la puerta para encontrarme a una Lucía llena de pintura roja que estaba guardada en el cuarto de lavado y no conforme con eso, además de ensuciar se había pintado las paredes blancas del baño y ahora estaba tratando de quitar la pintura con agua aunque sólo estaba complicando más las cosas, ya que el agua solo servía para diluir la pintura y  esparcirla por todo el baño. Ni hablar de su aspecto, esta vez había usado el vestido blanco que le había comprado igual al de Ácsa que ahora había dejado de ser blanco, la pintura cubría parte de sus piernas y zapatos sin mencionar todo su cabello.

-¡Te dije que estaba ocupado!. Gritó enojada mientras dejaba el bote de pintura a un lado y trataba de sacar me a empujones del baño, manchando mi ropa al tocar me con sus  sucias manos.

¿Quién se creía que era para tratar me de sacar de mi propio baño?

-¡Eres una estúpida!. Grité mientras levantaba mi mano para dar le un manotazo pero me detuve en el último instante.

Me observaba con los ojos muy abiertos y brillosos ante las lágrimas por venir.

-Pagarás por esto. Dije antes de caminar hasta mi habitación y encerrar me con llave para evitar algún impulso de golpear la, merecía un castigo y claro que lo tendría pero necesito tranquilizar me y pensar con la cabeza fría.

Es tú hermana, no la mates.

Es tú hermana, no la cortes.

Es tu hermana... simplemente no hagas nada estúpido. Me repetía constantemente mientras que paseaba por la habitación en busca de estabilidad.

Las cosas no se pueden quedar así por que si se lo permito será mostrar me débil ante esa tonta niñata pero no le quiero hacer daño... o mejor dicho si quiero pero no debo.

Aunque claro entre "querer" y "hacer" existe una pequeña barrera llamada "deber".

Además tampoco es que la fuera a matar. Unos pequeños moratones no son la gran cosa. Con el tiempo me lo agradecerá.

Los golpes se quitan en unos días.

Busco un cinturón en el armario y rápidamente lo encuentro para luego salir de la habitación, Lucía esta tratando de alcanzar el pollo que he comprado para cenar.

Maldita sea, ahora se enfriará la cena.

Trató de ocultar el cinturón detrás de mi espalda mientras le sonrío a la niña.

-Lucy tienes que dar te un baño. Pronuncié y ella se gira hacía mí pero mantiene la distancia. -Ahora mismo.

La niña camina hasta mí y la escolto hasta el baño mientras se comienza a quitar los zapatos mientras que abró la regadera.

No podré con esto.

-No te quites la ropa. Digo y mi voz suena más a una súplica que a una orden pero trato de ignorar lo que acabo de hacer y le hago una seña con la cabeza para que se ponga bajo la regadera sin embargo lo que hace es estirar su mano para tocar el agua y saber su temperatura.

-Esta muy fría. Dice y le doy un pequeño empujón que la hace caer de sentón bajo el agua de la regadera e inmediatamente trata de evitar que el agua la toqué pero me interpongo para que salga de ella.

-No te vas a mover de aquí hasta que yo diga. Comento viendo cómo la niña se abraza a sí misma mientras comienza a temblar y la pintura roja se mezcla con el agua fría tomando una tonalidad rojiza mientras se escurre por el suelo pero espero unos minutos más hasta finalmente cerrar la regadera y dar le una toalla para que no escurra el agua de su ropa para tomar su muñeca y guiar la hasta su cuarto aún con el cinturón en mi otra mano.

Me siento sobre la esquina de la cama mientras que la pequeña se encuentra enrollada con la toalla de dibujos animados aún con el vestido puesto y manchado.

-¿Me puedo quitar el vestido?. Pregunta intentando pasar de mi para alcanzar su pijama pero la alcanzó tomando su brazo suavemente.

-Ya casi, pero antes tienes que jugar hacer una almohada.

-¿Una almohada?. Dice quitando un mechón mojado de su cara.

-Si, tu serás una almohada que se recuesta sobre mis piernas. Contesté mientras que acomodaba su torso sobre mis piernas, a pesar que seguía escurriendo agua fría por su vestido.

-¡Esto es para que aprendas a no ensuciar la casa!. Digo fuertemente dejando caer el cinturón en la parte baja de su espalda e inmediatamente lanza un grito de dolor acompañado con llanto debido a que nunca en su vida ni siquiera me había atrevido a insultarla como hoy.
-Este va por que eres una niña tediosa. Pronuncié repitiendo la misma acción anterior con el cinturón a pesar que ella a comenzado a patalear así que le doy un jalón de cabello para advertir le que deje de llorar o le va a ir peor. -¡Y esta es por NO obedecer me!. Grité dandole el último cinturonazo quitando me la de encima para ver como mi pantalón se ha humedecido por el agua de su ropa.

Me giró hacía ella para ver a una niña llorando fuertemente en la esquina de la habitación y que me mira con miedo mientras frota sus ojos y está sorbiendo por su nariz con la cara completamente roja y la ropa mojada.

Ella se lo ha buscado.

Y además está exagerando sólo fueron tres cinturonazos.

Ácsa aguanta mucho más que ella.

Me doy media vuelta saliendo por la habitación pero recuerdo que tengo algo que decir le y antes de cerrar la puerta a mi voz se hace escuchar sobre su llanto.

-Estas castigada y te vas a quedar sin cenar una semana. Y más te vale que dejes de llorar o te voy a volver a pegar. Sentencié dando le un azote a la puerta.

RED Sobreviviendo al Infierno COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora