Capítulo 32 Perfección

2.3K 202 29
                                    

No me atreví a decir ni una sola palabra por miedo de arruinar el momento o que todo fuera una broma de Alex quien caballerosamente me tendió la rosa haciendo una pequeña referencia que me provocó una risa tonta, para luego enlazar nuestras manos y caminar dentro de la cortina de enredaderas para descubrir una especie de mueble en forma de mesa pero con muchos gabinetes y cajones, con una botella y dos copas de cristal sobre ella.

-¿Te gusta?. Cuestionó para proceder a abrir la botella y servir un poco de lo que a mi parecer era vino y me tendió una de las copas. -Fue algo imprevisto, bueno realmente lo tenía planeado hace mucho tiempo pero nunca encontré el momento indicado.

-Es... perfecto. Contesté examinando con la mirada cada pequeño detalle, cada hoja verde, el silencio de la noche. Alexander abrió uno de los gabinetes para sacar una pequeña caja de color plata con un listón rojo y me lo tendió. -Espero que te guste, le pedí a Alexa que lo elegiera porque soy muy torpe para estás cursilerías. Contestó dejándome ver su incomodidad al respecto, no en forma de reclamo sí no solo para hacerme ver que cuando una persona te ama realmente no le importa vestirse de cierta manera, tardar horas planeando una sorpresa o preocupándose por encontrar algo para ti a pesar de que ese pequeño detalle sea perfecto, a esa persona nunca le parecerá lo suficientemente bueno para obsequiartelo porque para esa persona, la única perfección en el mundo, eres tú.

Abrí la pequeña caja para encontrar una tobillera de color oro con un dije en forma de una corona roja que rocé con mis dedos, era hermosa realmente pero lo importante no era el obsequio si no sus buenas intenciones.

-No te daré ningún anillo porque no quiero que te comprometas conmigo, quiero que me ames libremente y si ese amor se acaba... me matarás pero te dejaré ir a pesar que tú sigas siendo el amor de mi vida. Dijo tomando la delicada cadena y ponerse de rodillas para abrochar la en mi tobillo izquierdo.

-Te amo y eso no cambiará jamás. Contesté inclinándome para darle un beso.

Los besos eran muy especial, no importaba si la oscuridad nos rodeaba, si lo tenía a él, sé que todo esta bien, siempre será así incluso en el infierno que ambos hemos ganado a pulso. Es como si fuera una pequeña luz que nos unía a ambos solo para recordarnos que no teníamos porque estar solos, cuando existe una persona que a pesar que te haga llorar y reír, esa persona estará ahí para siempre sin importar las distancias o los demonios de los que cada persona es presa y atormentada.

Coloqué mis manos sobre su cabello negro y él rodeo mi cintura con sus manos, era difícil estar en cunclillas por lo que no pude soportar tanto tiempo y caí en el suelo atrayendo lo conmigo sin parar de besarnos hasta que tuvimos que parar para tomar un poco de aire.

Alexander se ve hermoso con las mejillas y labios rojos, encima de mí y entonces el mundo pareció silenciar se como una manera de contemplar la escena.

-Lo siento tanto, me importas tanto y tú me vuelves loco... No quiero darte asco. Admitió y por un momento vi una profunda tristeza en su rostro.

-¡Hey!. Dije tomando su rostro entre mis manos. -No me das asco, me encantas y quiero estar contigo hoy, mañana y mil veces.

Sus manos viajaron al cierre del vestido lentamente hasta abrirlo, podía sentir como mi corazón se aceleraba ante la emoción como si estuviera a punto de explotar pero mi mente estaba segura que todo estaba bien, Alexander comenzó a bajar el vestido mirándome a los ojos con una expresión cautelosa como si me pudiera dañar.

Un nuevo beso mientras que mis manos empezarón a desabrochar los botones de su camisa para dejarme ver su piel blanca y en ese momento las caricias comenzaron a intensificar a pesar que eran suaves y tiernas, sentía el pasto entre mi cabello era raro, una sensación así pero a pesar de eso no me incomodaba.

Los labios de Alexander comenzaron a besar mi cuello, haciendo un leve contacto que me hacía estremecerme quizás me habría drogado o algo por el estilo porque en ese momento, juro que el universo tomó una perspectiva completamente diferente a la realidad. Mis manos tocaban su espalda tratando de grabar cada célula de su anatomía.

Me tomó por sorpresa al presenciar como mi sujetador estaba siendo desabrochado por y él parecío notarlo al lucir incómodo y tratar de ponerse de pie pero lo besé para dejarle saber que todo estaba bien, cuando nos separamos sonreí y él lució un poco más seguro de que yo tambien quería amarlo de una forma más allá de una manera sentimental, me las arreglé para deshacerme del sujetador dejando al descubierto mis senos y estómago, no tenía el mejor cuerpo ya que grasa rodeaba mi estómago pero él me daba seguridad y confianza, me hacía creer que era la chica más hermosa que él a conocido.

Comenzó a jugar con mi pecho izquierdo con las yemas de sus dedos, rozandolo mientras formaba pequeños círculos hasta llegar a mi pezón y tocarlo de manera placentera para después hacer lo mismo con mi pecho derecho sin embargo miraba con culpa la marca de sus dientes en mi piel mientras que yo besaba su cuello hasta que él retiro su cabeza para besar mi estómago, era como una explosión de horrendas mariposa pero se sentía bien, demasiado bien para querer detenerse así que acomodé mis piernas de manera que su torso tocará mi vientre mientras que él me regalaba una mirada seductora y me besaba el cuello nuevamente, todo era tan mágico pero pareció incomodar se cuando visualizo una de las marcas que me había hecho hace poco.

-¿Estás bien?. Preguntó en un susurró contra mi piel.

-Sólo prometé que no me dejarás paralítica. Contesté y el rió descaradamente mientras que las bragas se quedaban a unos centímetros de nuestros cuerpos para después desechar el resto de su ropa y estar piel con piel, me sonrió a pesar que tenía ganas de vomitar por la emoción continuamos adelante.

-Lamento haberte hecho esas marcas, lamento no poder controlarme. Soy un imbécil. Susurró entre besos.

-Lo eres, pero eres mi imbécil favorito.

Cuando empezó a entrar en mi interior todo fue bien hasta que empezó a doler y suprimí un pequeño grito de dolor y él se detuvo lo cual aproveché para tomar aire y sonreírle para que siguiera adelante, me mordí el labio inferior para tratar de sobre llevar el dolor hasta que finalmente estaba completamente dentro de mí y solté un suspiro de alivio e hice un pequeño asentimiento de cabeza para hacerle saber que podía continuar y comenzó a balancearse suavemente hasta que el dolor me abandonó por completo y conseguí atraer a Alexander para unirnos en un beso mientras él seguía moviéndose, un poco más rápido hasta llegar a que sus embestidas fueran realmente apasionadas mientras besaba mi cuello y yo eché mi cabeza para atrás sintiendo un placer único al mismo tiempo que contemplaba las estrellas en el oscuro cielo.

Y entonces me di cuenta que en la vida, siempre existirán momentos duros, trágicos y crueles en donde pensarás que vivir no vale la pena pero una persona te amará de tal manera con todos sus complejos y sus errores que te arrepentirás de no haber pasado cada segundo de tu vida a tu lado porque eso, es el significado del amor.

El amor, tan complicado, cínico y hermoso a la vez.

¿Realmente existe el amor?

No lo sé, pero en ese momento Alexander y yo estábamos experimentando ese sentimiento.

Alexander salía y entraba en mí a su antojo, realmente no me molestaba al contrario se sentía muy bien ser amada, una experiencia única e inigualable que no se compara con absolutamente nada.

Quería ser amada de esta manera siempre.

No estoy segura de cuanto tiempo pasó hasta que concluimos nuestro perfecto momento pero podía asegurar tres cosas, número uno no podía contener una enorme sonrisa idiota, número dos tenía piernas de gelatina y estaba realmente exhausta y Alexander estaba deseoso por continuar una nueva ronda y por último pero igual de importante, amaba a Alexander con toda mi alma y estaba segura que él me amaba a mí de distinta forma pero con la misma intensidad.

Amor es amor, en sus distintas intensidades, sus formas, colores, y maneras, sigue siendo amor.

No estoy segura de que es lo que ha pasado pero cambio mi vida totalmente, no necesito a nadie más, no necesito nada más si estoy a su lado, si tengo su amor... lo tengo todo.

-No quiero perderte. Confesé y el sonrió.

-No lo harás, estaré aquí siempre, cuidándote. Contestó con un guiño.

-¿Prometes solo amarme a mí?. Pregunté con miedo.

-Solo a ti. Dijo besándome nuevamente.

RED Sobreviviendo al Infierno COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora