Capítulo 53 Celda (Parte 2)

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El silencio reinó en la celda un breve momento hasta que finalmente él se acercó al escritorio y revolvió unos papeles hasta tenderme una hoja de papel con la fotografía de una niña de cabello negro y ojos grises, leí en el pie de página su nombre 《Acsá Rewells desaparecida》

Casi caí de bruces al darme cuenta de lo que significaba esa fotografía, era cierto lo que Sebastían dijo antes del accidente, me atreví a levantar la hoja a la altura de la cabeza de Alexander sólo para darme cuenta que era exactamente los mismos ojos con la única diferencia que unos estaban cargados de odio y los otros estaban alegres ante una cámara fotográfica.

Unos ojos alegres que probablemente fueron destruídos.

-Es tu hermana. Susurré y él asintió. -¿Por qué la buscas?.

-Quiero terminar lo que empecé y ella es la única que falta en la lista.

-¿De qué hablas? ¿Qué lista?.

-No importa,  ya cumplí con mi parte ahora haz lo tuyo, no te preocupes por los  guardias no vendrán en un tiempo, me aseguré de pagarles muy bien para que no nos interrumpan. Comentó acercándose a mí con delicadeza.

-Nuestra última vez. Dijo procediendo a juntar sus labios con los míos, dudoso que lo rechazará pero ¿para qué negar lo evidente? A pesar de todo lo amaba con todo mi ser y puede que sea cruel y extrovertido pero cuando existe el amor, es algo impredecible que transforma la oscuridad en un rayo de luz.

Alexander parecía ir más lento esta vez, sin prisas, sin miradas desafiantes o caricias bruscas. Me dejé llevar a trompicones hasta la cama, solo el sonido de nuestros corazones tomaban posición en el silencio, uniéndose con nuestras caricias en una melodía inocente y deseada. Sentí como Alexander se separaba de mí un momento para quitar me la camiseta y aproveché para ver su rostro perdido en mí, era como si ambos cansados de pelear anhelábamos amarnos a pesar de las circunstancias de estar en una horrible celda.

No era tan horrible.

Sus manos viajaban libremente sobre mi cuerpo semidesnudo mientras que mi mente solo se concentraba en callar todo pensamiento para poder disfrutar del momento, sentí incomodidad al ver como el rozaba el cierre de mis jeans con sus manos para bajarlo, solté un suspiro cuando Alexander deslizó a la vez mi ropa interior y mis jeans por mis piernas hasta que me abandonaron completamente, Alexander se abalanzó sobre mí para besarme, sus labios eran un pequeño cosquilleo agradable y único, ni siquiera me había dado cuenta que cuando nos separamos para tomar aire aprovecho para sacarse la parte de arriba del uniforme la cual se atascó con su cabeza y tiré de ella para que pudiera apreciar su torso desnudo y después el mismo se hizo cargo de desechar el resto de su ropa. Atraje su rostro al mío con la intención de besarlo en la boca pero el bajo un poco más comenzando a besar y lamer mi cuello mientras echaba la cabeza para atrás permitiéndole mayor movilidad y él tocaba mis piernas, era bueno estar con él así, ninguna pelea, ninguna discusión, solo lo que teníamos en el presente. Solté un pequeño gemido al sentir como  uno de sus dedos acariciaba  mi clítoris, instantáneamente apreté las piernas al sentir es satisfacción mientras que mis senos se endurecieron al sentir y desear que  me tomará con sus dedos, hasta que agregó otro y comenzó a formar pequeños círculos dentro de mí, me mordí el labio inferior al ver como sus dedos salían y entraban de mí y por un momento creí que me iba a dejar así, ya que se apartó de mí para luego posicionar su cabeza entre mis piernas, pensé que solo estaba jugando pero en el momento menos planeado su cabello rozaba mis piernas a la vez que sus labios entraban en contacto con mi zona íntima, primero con pequeños besos hasta que sentí su lengua húmeda dentro de mí, tomé su cabello para no gritar de sorpresa y placer, era algo tan nuevo y majestuoso que no podía creer lo, estaba húmeda y sería capaz de correrme si Alexander seguía haciendo eso.

RED Sobreviviendo al Infierno COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora