Capítulo 14 ¿Tú me amas?

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Esa misma noche Alexander se fue a dormir a su habitación dándose por vencido de hacerme insinuaciones para que durmiera en la misma habitación que él.

Eran casi las doce de la noche y yo me quedé en la cocina mezclando los ingredientes para hacer la mezcla de un pastel, nunca había siquiera encendido la estufa, así que precalentar el horno fue una tarea complicada.

Mientras que el pastel estaba en el horno aproveché para inflar algunos globos y esparcirlos por la cocina y la estancia, dándoles un toque de vida con algunos papeles de colores colgados de las paredes con cintha adhesiva.

Esparcir la cubierta roja del pastel y decorarlo con chispas de colores fue lo más entretenido para después colocar veintitrés velitas de cumpleaños para que pueda pedir un deseo.

Después de limpiar y ordenar todo, subí a mi habitación para dormir un par de horas antes que Alex despierte.

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Después de darme un rápido baño matutino con agua fría para despertar por completo, bajé corriendo las escaleras para cantar cumpleaños feliz a Alexander, la puerta de su habitación estaba cerrada con seguro, así que fui a la cocina para buscarlo.

A lo lejos pude distiguir una nota sobre la barra al lado de un vaso medio lleno de jugo de naranja.

《Surgió un imprevisto, lo siento. Regresaré antes del anochecer. Alexander.》

Leí el pedazo de papel escrito con una pluma de tinta roja, destrozándolo en dos partes con mis manos, sentía como mi corazón se estrujaba ante el rechazo, miré el reloj, eran apenas las ocho treinta de la mañana.

¿Dónde demonios estaba?.

Estuve toda la noche en vela para darle una sorpresa y ni siquiera estaba conmigo.

Y entonces una idea fabulosa vino a mi mente. Entré en el sanitario para verme frente al espejo, quizás debería mejorar un poco mi imagen y corrí escaleras arriba para buscar en las revistas que guardaba en la cómoda.

Corté las puntas rosadas de mi cabello y lo ondulé usando unos pequeños trozos de papel como decía en la revista para tratamientos de cabello casero. Use crema para depilar en mi cuerpo e incluso use maquillaje con tonos grises y rojos.

Tenía que causar impresión en Alexander, quería conseguir llamarle la atención, lo suficiente para que nunca más me dejará plantada o metiera a otras chicas a la casa.

Estaba terminando de vestirme con un hermoso vestido de color rojo cuando escuché pasos en la entrada principal y salí para recibir a Alexander, sin correr, sin emocionarse demasiado, como lo haría una chica madura, segura de sí misma, aunque moría por correr y abrazarlo, tenía que comportarme.

-¿No vas a decir nada?. Pregunté dando un pequeño giro para que Alexander me viera.

-Estas preciosa, lamento mucho dejarte sola. Dijo poniendo sus manos en mi cintura y dándome un beso en los labios. A pesar que me gustaba que hiciera eso, no podía dejar de sentirme rara e incluso un poco mal por eso.

-Sígueme. Pronuncié alejándome de él y entrando a la cocina.

-¿Qué estás jugando?. Preguntó riendo aún desde la estancia y aproveché para darle fuego a las velas encima del pastel en medio de la barra.

-¡FELIZ CUMPLEAÑOS!. Grité alegremente cuando el entró a la cocina, se veía tan apuesto de pie con una camisa gris aunque su rostro parecía tratar de ocultar cansancio, se acerco al pastel y me abrazó mientras soplaba las velas de cumpleaños.

-Gracias. Susurró sin ni siquiera tocar el pastel para probarlo, sólo soplando las velas.-¿Sabes? Ahora mismo se me antoja otra cosita en vez de pastel y espero que mi deseo se haga realidad. Dijo cargando me entre sus brazos y sentandome encima de la barra mientras nuestras bocas se unían en un beso.

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