Sinceridad y regreso.

Começar do início
                                    

Estábamos pasando por la calle principal cuando comenzaron a sonar las bocinas de los autos, odiaba ese sonido, porque más que nada, me da miedo, entré a una de las tiendas para escapar un poquito de ese horrible carnaval.

Luego de un rato todos acordaron ver una película, aunque peleaban porque querían ver películas diferentes, cuando me preguntaron a mi dije que quería ver una de caricaturas porque son más divertidas y todos tuvieron que elegir la película que Janeth quería.

"Home".

La sala de cine estaba llena de niños con sus padres, luego estábamos nosotros, en una esquina de justo cuatro asientos, con palominos y vasitos plásticos con dibujitos de una película de súper héroes, como esas de las que veíamos con Alex cuando me quedaba en la casa de Mike.

La película comenzó y todos se quedaron en silencio, el sonido de los parlantes me hacia sentir vibraciones raras en el cuerpo, no me era muy agradable, a decir verdad, pero trate de concentrarme en la película.

Loulina no dejaba de comer palomitas y de gritar (ahogada) cuando los personajes hacían algo tierno, Janeth sólo la miraba y reía despacito, Derek tenía la boca abierta de pura concentración, así que con cuidado la cerré.

Casi en el final me puse a llorar, es que no podía ser posible que pasara eso y terminará así, quería mi dinero de vuelta, la vida era muy injusta.

Y al final salí con una sensación bonita en el pecho, porque la película era muy linda.

Para terminar nuestro día juntos fuimos a comer algo y luego nos sentamos en el césped del parque, ya eran más de las 8 de la noche y creíamos que era buen momento para irnos a casa, así que volvimos a la estación de trenes despidiéndonos de Derek.

En el recorrido de vuelta a casa me quedé dormida en el hombro de Janeth y ella me despertó con cuidado al llegar a nuestra estación.

Sentí mi celular vibrar varias veces, pero ya respondería todo cuando llegase a casa.

Me despedí frente a mi casa de las chicas, ellas vivían demasiado cerca, así que las vi entrar a sus casas.

Todos los fin de semanas habían sido así desde que llegué, saliendo mucho.

Entré a casa y mamá me miró enojada, cerré la puerta a mis espaldas sonriendole inocentemente.

-Mathew Evans ¿Dónde estabas y por qué no avisaste que ibas a salir?

-Yo...eh...-Ella enarco una ceja poniéndome nervioso-pasé la tarde con mis amigos-contesté mirando el suelo.

-¿Por qué no avisas cuando vas a salir?

-Se me olvidó, perdón-Dije mirando a mamá a los ojos.

-Oh vamos-Dijo Nick que estaba sentado en el sofá-¡No puedes enojarte con él! Mira su carita de arrepentimiento.

Mamá me miró enternecida.

-Dos semanas castigado, no sales de casa.

-¿¡Qué!? Pero, tengo que volver a Estados Unidos.

-Eso debiste pensarlo antes.

Suspiré y me senté al lado de Nick, que comenzó a acariciar mi cabello como un tipo de apoyo.

Subí las escaleras y asome mi cabeza por el cuarto de Laila, ella me miró y traté de huir.

-¡Chris!-Exclamó y retrocedí lenta y dolorosamente.

-¿Si?

-¡Juguemos a las tacitas de té!-Dijo tomando mi mano y arrastrándome hacia su habitación.

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