Podía oír mis tacones resonando en los pasillos del hospital mientras sentía que el tiempo se detenía a mi alrededor, volví a sentirme como la niña que corría con vendas en su cuerpo mientras buscaba a sus hermanos, volví al pasado en un abrir y cerrar de ojos.

El miedo, la desesperación...

El dolor que me tragué por fin se está disolviendo, destrozando mis pulmones, destrozando mis costillas, matándome.

Miro a las personas a mi alrededor y trago con dificultad.

Golpear a Michael fue una estupidez controlada por mi rabia, sabía que él estaba casi tan mal como yo.

Los tacones siguen resonando por el pasillo, no puedo dejar de moverme.

—¿Por qué lo hiciste? ¿Qué ganabas ocultandole todo?—Max se acercó a pasos lentos hacia mi.

—Ustedes no saben ni la mitad de la historia—Digo levantándome—Si la supieran quizás habían hecho lo mismo que yo, porque en serio, hay mucho más que contar, no sólo un accidente.

Mi tía aparece por el pasillo haciendo sonar sus tacones al correr.

—Demuestra que me equivoco—El chico castaño me miraba amenazante-Si no fuera por tus mentiras él no estaría aquí.

—Exactamente—Respondo firme—Entonces él estaría muerto.

...

La belleza de una vida familiar es brillante, como una estrella joven, podría cambiar de su precioso azul a un blanco, tal y como las conocemos, pero seguirá siendo hermosa seguirá estando junta con el paso del tiempo, eso, eso, significa ser una familia.

Mi familia se volvió una estrella roja, a punto de explotar y acabar con todo, haciendo un agujero negro en mi cabeza, aquel que tragaba toda luz de esperanza y desterraba el calor de mi corazón.

Aquella vez que salí de la escuela hablando con Nick, acabábamos de terminar un examen, aunque él era más listo que yo, por ello estaba en otro salón con años adelantados.

—¿Papá estará afuera cómo lo prometió?—Pregunté a lo que Nick me miró con una sonrisa.

—Seguro y si, hoy tenía libre después de todo.

Asentí y caminamos más rápido para salir de la escuela.

Papá estaba en el auto, Mathew estaba dormido apoyado en la sillita de seguridad de Amy, Nick se sentó junto a nuestros hermanos, yo me senté junto a papá.

—¿Cómo les fue en la escuela?-preguntó mi padre.

—Bien—Respondimos al unísono.

Siempre sentí que ese día debí dar una respuesta más larga, no fue el último, pero es el más recuerdo con claridad, ese día aprecie a mi familia luego de que una de mis compañeras de clase hablara de la muerte de su padre, empecé a pensar "Mi familia es hermosa, me siento en paz".

Papá era doctor, uno muy bueno, por ello siempre estaba fuera, pero mamá no lo entendía, aún así le encantaba gastar el dinero que él ganaba, pero no con nosotros, claro que no, mamá tenía amigas, mamá aún era joven.

Debió dejar de ser adolescente para convertirse en mamá.

—¡MATH!¡VUELVE AQUÍ!—Recuerdo no llevarme del todo bien con el pequeño astronauta que estaba en casa, ese de ricitos anaranjados y rubios que llegaban hasta sus hombros, siempre peleaba con él, desde que aprendió a caminar siempre le gustaba jugarme bromas, aún antes de cumplir 3 añitos, yo muchas veces no entendí el porque Math no lloraba y reía por todo, a veces su risita me fastidiaba, yo no era como Nick, yo no amaba a mis hermanos de una forma tan real y eso me sigue hasta el día de hoy.

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