¿¡Qué!? ¿¡Para ellas es así de simple!?

—Pero tú no eres una porrista.

—Ella nos ayuda a armar las coreografías—Explicó la que parece ser la líder del equipo de porristas—Es de gran ayuda aunque no baile en el campo.

Una parte de Dayana que no conocía.

Las chicas salieron de la escuela mostrando su pase, yo hice lo mismo y al estar con ellas en serio parecía intocable.

Protegido por amigas de tu hermana menor, que patético.

Dayana camino a mi lado, detrás de las demás.

—¿Por qué no ingresas al grupo cómo porrista?—Pregunté.

Ella suspiró.

—Me da miedo, ya sabes que mi autoestima nunca fue buena y ¡Mira esos trajes!

—Estás delgada Dai, deberías olvidarlo, en serio eres un palo.

—Aún así, no me creo capaz, me gustaría ser como tú ¿Sabes? Así, lleno de confianza, siempre Haz hecho lo que haz querido y Haz llegado lejos, si no fuera por tu osadía contra las reglas yo no conocería a Chris, nadie lo haría.

Si sólo Rayana supiera que no tengo casi nada de confianza em !i mismo.

—No tengo nada de lo que arrepentirme aún, Dayana, escucha—Dije haciendo una pausa—Soy un chico de 16 años que utiliza frenos y es hijo de una española y un japonés, mis rasgos son raros y eso jamás me ha impedido divertirme, quiero decir, yo estoy en una banda que se presenta cada cierto tiempo e incluso hay chicos allá afuera que disfrutan de lo que hago y eso me da razones para seguir en ello y si en serio tú ayudas en las coreografías, que, por cierto, son increíbles, de lo más bien puedes mostrarte ante los demás.

La pelirroja me miró fijamente y luego formó una sonrisa ladina en sus labios.

—Estás inspirado hoy.

...

Me gustaría decir que el camino fue corto o que al menos tomamos un autobús, pero no fue así.

—Te traeré agua—Dijo Lazari mirándome.

Este es el momento en que admiro a el grupo de chicas y a Chris por siempre llegar caminando a esta casa.

Tomé el agua que me entregó la azabache y miré a las demás hablar mientras acordaban que pizza pedir, la verdad yo no quería comer, sólo necesitaba ser como un niño nuevamente y llorar un ratito en los brazos de Lazari.

Aunque sabía que para eso tendría que esperar estar a solas.

...

Christian:

Miré a Cerbero enojado, otra vez había desordenado las sabanas de mi cama, aunque no podía enojarme con él, era demasiado adorable y pequeño.

Dejé mi mochila en la silla del escritorio y me arrodille al lado de la cama, viendo a Cerbero dormir.

Luego de una larga charla entre Carter y yo para elegir un buen nombre nos peleamos por dos, ella quería ponerle Figaro como el gatito de Pinocho, pero yo quería ponerle Cerbero (guardián del infierno) porque siempre está haciendo desorden aún siendo muy pequeño, al final nos quedamos con Cerbero por la misma razón, aunque aún así todos le tenemos cariño en esta casa.

Sentí unos toqueteos en mi hombro y miró medio adormilado a mi tía que me decía en señas que debía bajar a almorzar, aunque en realidad no quería comer, así que negué con la cabeza y apunté los libros de mi estante, ella volvió a decirme en señas que en algún momento debía bajar a comer, asenti para dejarla tranquila.

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