Estaba acostumbrada a los tacones, amaba los tacones. Desde pequeña, aunque en mi familia no hubiera diseñadora de modas ni modelos, yo había desarrollado el amor por la ropa, tacones, joyas, carteras... Y un sinfín de cosas. Mamá y Vanessa también son así pero no pasarían horas en el mall como yo. Antes de trabajar, todo era con dinero de papá, pero jamás se quejó. Y por eso, nunca se me saldrá de la cabeza la frase que siempre nos ha dicho. «Trabajo día y noche para que a ustedes jamás les falte un plato de comida. Pero más allá de eso, me gustan los lujos. ¿A quien no? Y si mi familia puede tener todo eso y más por el arduo trabajo que yo hago, así será. Y trabajaré así hasta mi último día. Su felicidad y bienestar para mí lo es todo»
Aunque no apoyo la vida de "millonarios" que llevan, siempre me ha gustado la forma en la que mi papá trabaja. Y siempre lo he admirado por lo mismo.

— Estás sexy, nena. ¿Como haces para no enseñar nada y verte tan jodidamente bien?

— Experiencia. – Reí – Si dejaras de enseñar tanto tus grandes senos, te darías cuenta de que también tendrás hombres atrás por tu bello rostro.

Antonella me abrazo y se secó una lagrima imaginaria, típico de ella. Otra más que vivía la vida de millonaria pero ella si la disfrutaba y era más que feliz con eso. Aunque conmigo nunca ha sido presumida pues se que es un poquito así. Pero más allá de eso, es casi mi hermana por lo que la tengo que soportar.

Llegamos al restaurante y estaba Louis esperando por nosotras, era de esos restaurantes elegidos por Antonella, costosos pero al aire libre. Yo quería ir a comerme una hamburguesa pero nadie puede con la chillona. Mi mejor amigo al verme se levanto de inmediato y me abrazo como si no hubiera un mañana. Si que lo extrañaba.

— Ya estamos los tres. Ahora, habla Gabrielle.

A medida que hablábamos, llegaba la comida y entre risas y charla, nos bajamos una botella de vino por lo que Louis pidió otra. Según Antonella, el chisme estaba tan bueno que requería otra botella. Que haría yo sin mi mejor amiga, como se notaba que éramos totalmente diferentes y por eso nos soportábamos. Aunque a veces una salía molesta a la final, no durábamos dos días sin hablarnos.

— ¿Ese no es Erick? – Pregunto Antonella y se me hizo imposible no voltear.

Estaba sentado charlando junto a una rubia que se veía despampanante, ella se veía feliz y emocionada mientras que el rostro de el no transmitía nada. Ella le tomaba la mano, y hablaba alegremente pero el no hacía nada por quitar su mano. Enseguida, es como si algo lo hubiera hecho mirarme y enseguida su semblante cambio. Ahora en su rostro se veía preocupación, sus ojos demostraban otra cosa. ¿Acaso no quería que yo lo viera con esta chica? Claro. Si hasta hoy me beso. Todos los malditos días me besaba. ¿Y en la noche está con otra? ¿Que es esto? Voltee para no seguir dándole el gusto.

— ¿Ves por qué no quería encapricharme una vez más con otro hombre? – Le dije fuertemente a Antonella – Aunque fuera una simple atracción, no quería terminar así.

— Vámonos, no aguantare que Gabrielle este así.

Louis luego de pagar la cuenta, me tomo por la cintura para salir así del restaurante. Erick nos tuvo la mirada fija desde que nos levantamos hasta que salimos. Sentía algo extraño en mi, por dentro, sentía que algo se había roto. No entendía porque me sentía así. Era un simple atracción lo que llegue a sentir por Erick. Y no pasaría de ahí.

Antonella hizo que Louis comprara unas cervezas y unos vodkas para hacer cócteles y así. Según ellos, haríamos una noche salvaje aunque yo no quería. Pero a ellos nadie les decía que no. Mi teléfono sonó e inmediato supe que era un correo. De Erick. Mierda.

De: Erick Thorne
Fecha: 15 de Agosto de 2016 09:10 PM
Para: Gabrielle Sokolov
Asunto: No es lo que crees...

Se que lo que viste no estuvo bien. Menos después de lo que paso entre nosotros cuando comenzó el viaje de delegaciones pero... ¿Quien es ese chico que te agarraba así? ¿El que mencionaste hoy?

Erick Thorne.
Presidente de Compañía Thorne Trasatlántica

De: Gabrielle Sokolov
Fecha: 15 de Agosto de 2016 09:15 PM
Para: Erick Thorne
Asunto: Que las explicaciones se las de alguien más.

¿De cuando acá a usted le interesa saber quien me agarra como lo hizo ese hombre? Si le pedirá explicaciones a alguien que sea con quien estaba cenando, quien le tomaba la mano plácidamente. Entre usted y yo no sucedió nada.

Gabrielle A. Sokolov

Erick no dijo más nada. Toma esa. ¿No es así como le gusta jugar pues? Que incomodo sería verlo mañana en la empresa. Pero así como fui por mail, sería en persona. El no jugaría conmigo. A besarme en la mañana y salir con otra en la noche. Eso lo viví en Rusia y no pretendía que me pasara lo mismo aquí.

Al llegar a mi casa, Antonella y Louis prepararon algunos aperitivos y encendieron la televisión de la sala para ver el programa de música mientras nos tomábamos las cervezas. Luego vendrían los cócteles. Aunque mañana tenía que trabajar pero que más. No quería pensar más en Erick. ¿Por que esto me pasaba a mi? ¿Que hice mal? ¿Acaso jamás iba a tener una oportunidad en el amor? Lo peor de todo es, que esto me sucedió con mi jefe. A quien tengo que ver todos los malditos días. Que buena suerte la mía.

• Atada a las sabanas de mi jefe • FINALIZADA!Место, где живут истории. Откройте их для себя