Veintidós

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   Dicen por ahí que las amistades suelen ser bastante influyentes en nuestra vida; aunque no lo crea así, puedo decir de que las grandes mierdas que Lisa me ha lanzado desde que la conozco me han hecho sentirme como las pelotas, pero... ¡Si ni siquiera ha sido mi amiga! No, creo que la mejor expresión es la opinión de las personas, lo que piensen los demás de ti junto con quien quieres ser es bastante jodido de verdad. Ya ni sabes si eres feliz o estas deprimentemente admitida dentro de lo que puedes llamar "Estar conforme con lo que te tocó".


                   "Que los demás impongan tu estilo de vida y que además se atrevan a atacarte                                por las espaldas cuando tratas de hacerlos feliz es una porquería. Cada uno es                                        como quiere ser y debe sentirse gratamente aceptado consigo mismo independiente de las opiniones de los otros."

:)


   Así que una estúpida junta en lo que suelen llamar El Escondrijo del arte del Graffiti. Me gustaría saber cómo es ese preciado lugar del que tanto hablan. Habrá música hasta que los tímpanos revienten, algo de entretención barata y ¿Drogas? Espero que sea algo mejor que eso.

—Mamá ¿Puedo salir esta tarde?—Digo dejando el teléfono celular en mi bolsillo y corriendo en busca de un Yogurt.

— ¿Dónde?—Pregunta ella sin antes sacarse los lentes de descanso que tanto ocupa mientras lee a John Grisham.

   Si de verdad le digo donde queda me mandará a freír monos al África. AHHHHHHH.

—Tengo entendido de que queda en SoHo, no más allá de tres manzanas de la limitación con Little Italy—Los nervios me carcomen los huesos.

—Algo apartado creo yo— Deja el libro en el escritorio y se seca las comisuras de los labios tras beber algo de café.

—Pero ya sé cómo llegar.

—No es eso lo que me preocupa.

— ¿Qué es, pues?

—Que te pueda pasar algo, no me fío.

—Pero ya sabes que sé cuidarme sola mamá—Me arrimo en el sofá de la sala de centro y busco un cojín con el que juguetear.

—Lo sé, pero aun tienes 12.

—Y creo que ya es hora de que me dejes salir sola, conocer el mundo y desenvolverme naturalmente.

   Al parecer siempre que le hablo de querer salir sola sus ojos se tornan grises y su mirada se vuelve gélida.

—Tienes razón—Apunta ella levantándose animosamente de su asiento.

— ¿No me pondrás ni un pero?—Sospecho.

—Creo que no, debo aprender a confiar más en ti.

— ¿Y por qué no me dejabas salir hace un tiempo? ¿Por qué no confiabas en mí?

—No en su totalidad, en quien no confío es en los demás. No sabes con qué tipo de persona puedes encontrarte allá afuera.

—Entiendo, anda cada loco por ahí suelto.

Al parecer sus actitudes sobreprotectoras comienzan a ceder en cierta manera. Al menos no me ha comenzado a regañar con tan solo mencionar mi deseo por no verme de la mano con ella por las calles más lustrosas de la ciudad. No quiero lo más lustroso, quiero lo que me represente y estoy segura que no serán unos pasillos de moda o tiendas perfeccionistas de la moda que rezan en sus pancartas en las periferias de la ciudad: Acá en Manhattan te convertiremos en quien siempre quisiste ser, una artista de la belleza. Sería mucho mejor colgar unas que apunten Venga a perder su dinero en nuestras tiendas, en donde la autoestima no está en nuestro vocabulario y la falta de respeto hacia los demás es pan de cada día. Menudos cabrones se han vuelto los empresarios, si es que alguna vez no lo fueron.

— ¿Irás con tus amigos?—Dice Mamá mientras rebusca un lápiz entre un montón de papeles—Pero si aún no me has dicho de qué trata todo este asunto.

—Cierto. Iremos a visitar un pequeño paseo memorial a algunos artistas de la zona. Y respecto a lo otro pues me juntaré con Hayley.

—Suena bien—Dice anotando ciertas palabras que más tarde buscará en su ordenador, eso de seguro—Quiero que te cuides mucho.

—Dalo por hecho—Digo plantando un beso en su frente.

—Ponte una chaqueta, la noche se asoma fría.

—Voy por ella—Digo alegremente, y vaya, hace mucho que no le contestaba con tal sonrisa de oreja a oreja. Estoy fl'ipa-a-a-a-ando-o-o-o-o.

Quizá más tarde me arrepienta de mentirle de esta manera, eso de seguro, pero eso se contrapone a mi idea de querer conocer el mundo y todo lo que me rodea. ¿Acaso no has oído que nosotros no nacimos para seguir los pasos de los demás? Nacimos con un propósito que tenemos que buscar arduamente. Escudriñar unas cuantas páginas de lo que somos y wu'alá, bummm, ¡chazaammm!

Volemos el mundo. Volemos.


   

AnsiedadWhere stories live. Discover now