Once

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   Me siento mejor, reflexionar sobre mí misma y mis problemas es algo que trato de evitar y al parecer hoy me ha servido para bien. No nací para esto, para tener que sobrevivir a ellos y todo lo que eso significa. No creo ser lo suficientemente valiente.

-Y bien ¿Te quedaras callada durante todo este rato?-Dice Mama entrecerrando los ojos para poder ver mejor el East River.

-Pienso disfrutar el día, esta hermoso-Respondo pausando la música que viene desde mi Mp4-¿No piensas hacer lo mismo?

-Claro, y creo que es un buen momento para que hablemos-Dice cruzando los brazos y haciendo ademán de golpear el piso con los pies.

   Al ver su seriedad reflejada sobre mí decido sentarme en la banca más próxima para escucharla, aunque no quiera.

-¿Sabes? No tengo ánimos de hablar de esto-Exhalo profundamente.

-Tenemos que, ¿Hace cuánto hace ya que no lo hacemos?

-No lo sé.

-A mí también me ha costado asumir todo esto.

-¿El hecho de que soy una maldita enferma?

-No lo digas así, como si tuvieras la culpa.

-La tengo, lo creo. Además tu no sufres lo que yo.

-No digas eso, sabes que lo hago y he tratado de ayudarte en todo lo que he podido-Agacha la cabeza escondiendo una lágrima.

-Lo sé, pero es distinto.

-Nada ha sido fácil sin tu padre, ¿Recuerdas que él era muy maniático con lo de la comida? Siempre comía sano, muy rara vez comía carne.

-¿Qué supones respecto a él?

-Nada.

-Sabes que él fue y es alguien muy importante para mí y que no lo cambio por nada. Y si supones que esto que sufro es herencia te equivocas, esto es mental no hereditario.

-Yo no he dicho nada al respecto.

   Los recuerdos. Aquello que nunca muere, que se mantiene vivo incluso cuando estamos locos de remate ¿Qué nos ocurre realmente? ¿Olvidamos vivir o la vida nos olvida? Puede que suene loco, pero yo viví tanto hace varios años atrás que no creo necesitar hacerlo más. Mi relación con mi padre llegaba más allá de lo que puede marcar lo convencional, éramos amigos, íbamos a tantos lugares juntos, me enseñó lo que nadie le dice a los pequeños de cinco años, me abrió los ojos, me hizo mirar mi entorno de otra forma.

"-Y pensar que yo también tuve cinco años como tú-Dice apoyado en la baranda."

"-Y ahora estás viejo-Sonrío mientras saboreo mi helado"

"-Muy viejo podrás estar, pero lo importante es nunca envejecer, el tiempo pasa muy rápido"

"-Lo que dices es ilógico papi, nadie puede ser joven para siempre, nos arrugamos, caminamos más lento, nos encorvamos... Brrr-Un escalofrío me recorre el cuerpo-¿Yo no seré vieja verdad?"

"-Algún día lo entenderás"

"-Prométemelo, ¡No quiero ser así!-Digo saltando"

"-Todos envejeceremos algún día"

"-Yo no quiero hacerlo"

"-Te puedo prometer otra cosa"

"-¿Qué cosa?

"-Tu espíritu nunca morirá, porque tu percepción del tiempo no lo permitirá"

   Aprovechar el tiempo ¿Cómo puedo hacerlo sin preocuparme por lo que mi mente me dice?

-Entiendo que tu padre fue el mejor, yo también a veces lo extraño-Dice ella observando un paracaídas rozar lo infinito.

-No sabes cómo me gustaría volver a verlo.

-Hace mucho tiempo que no sé de él, no creo que sea una buena idea-Se rasca la cabeza incomoda.

-¡No! Él es el único que me entiende, no necesito de Diego ni de ningún estúpido Psiquiatra-Grito parándome bruscamente de mi asiento.

   No se supone que debiéramos hablar sobre él después de todo ¡Yo no puedo hacerlo! ¡Sigue siendo la persona más importante en el mundo para mí, sigue siendo mi padre!


AnsiedadWhere stories live. Discover now