Cinco

71 5 0
                                    

   I wasn't strong enough and you didn't give enough when I needed you. Complexes. Tonight Alive.

   Dicen por ahí que un viaje astral puede llevarte a un estado de confusión entre la realidad y lo imaginario, ya que es la transición entre el mundo divino y el físico; puedes confundir a un amigo ya muerto con alguien que no lo es (Es un mundo de transformación y de creación) o hasta encontrarte criaturas sedientas de energía que pueden precipitarte contra ti. Y podría decir que es un peligro mantenerse dentro de ese plano, aunque no sería mala idea intentarlo una vez.

   Mi teléfono ya está muriendo de a poco gracias a tantas caídas, una tras otra, provocadas en mayoría por mi hermana pero aun así la música me acompaña en este amanecer tan sumido en esperanza. Don't be afraid to fall. We All Fall Down. Bon Jovi. Ayuda a apreciar momentos como este, único.

   Cuando entro al centro comercial me fijo que nunca antes se había vestido de tantas personas que buscan entretención, información o simplemente una respuesta a su soledad. Ahora se muestra de manera totalmente colapsada, es como si todos se hubieran puesto de acuerdo con anterioridad para venir a comprar los regalos y adornos navideños en la pre-temporada. Pues yo me dirijo precisamente a la librería más cercana dentro del gran espacio que comprende el lugar. Al entrar traspaso una barrera de personas que se concentran en el nuevo y quizás magnífico libro de Stephen King y luego me dedico a buscar el libro favorito de mi hermana, Divergente. Camino lentamente a través de la categoría ciencia ficción sin tener resultados positivos, así que voy directamente al ordenador de búsqueda para teclearlo, pero hay una persona que al parecer tiene muchos libros que buscar y se toma todo el tiempo del mundo.

-Hey, disculpa ¿Te falta mucho?-Pregunto levantando levemente la mano para atraer su atención.

-No, pero ya...-Me queda mirando a través de sus lentes cuadrados-Oye, yo te conozco.

-¿Sí?-Le quedo mirando con una expresión anonadada.

-Sí, eres Alex, el pensador, íbamos juntos en primaria. Soy Dash-Me da la mano sin antes levantar la manga de su polerón deportivo.

   Ahora comienzo a recordar todos mis buenos momentos con él cuando éramos tan solo unos niños que buscaban la libertad a través de la marihuana a los catorce años. Algo muy loco y prematuro por cierto.

-Claro, eres "T.N.T Mike"-Me saco los audífonos para seguir la conversación.

-Veo que aún no pierdes tu sentido del humor.

-Pero es que al recordar tus locuras cuando teníamos once me resisto a olvido.

-Claro, fueron muy buenos momentos. Pero dime ¿Qué es de tu vida? ¿Aún sigues enamorado de Jenna Mcdougall?

-En realidad nunca voy a dejar de amarla, es mi amor platónico.-Río mientras recuerdo cuando escuché por primera vez el álbum debut de Tonight Alive, What Are You So Scared Of?

-Nunca cambias.

-Soy así, me conoces ¿Y tú que me cuentas? ¿Aún mantienes contacto con "JennySquier"?

-En primer lugar ella me engañó con otro y ya la olvidé. En segundo lugar, mi vida no ha estado nada mal, he estado aprendiendo a tocar el saxofón.-Dice mientras se da cuenta que el libro que sostiene en la mano es más barato de lo que creía.

-Bueno, lo siento.

-No hay de qué ¿Buscas un libro en especial?

-Sí, Divergente. Es el favorito de Amanda.

-Pues toma-Se da vuelta y lo coge de una de los estantes.

-Rayos como no lo vi, lo tenía enfrente de mis ojos.

-Es porque piensas tanto, no puedes reaccionar.

   En realidad nunca sé cuándo será el momento en que Dash no sepa como soy. Más de cuatro años de amistad no fueron en vano.

   Al ver que él pretende pagar por su libro, lo acompaño mientras rebusco en mi bolsillo trasero mi billetera para hacer lo mismo.

-Y dime ¿Cómo está tu hermana? ¿Ha podido mejorarse de todos sus problemas?-Dice Dash, mostrándose interesado.

-La verdad, no.

-Pues es una lástima, tanta carga para alguien de su edad-Dice mientras extiende un billete un billete de 20 dólares al cajero que al parecer (Por la expresión de su rostro) odia su trabajo, y su vida.

-El problema es que no es normal a su edad, mínimo deberían sufrirlo desde los catorce o quince años, pero no desde los once.

   Llega mi turno y pago el libro que hará tan feliz a mi pequeña hermana.

-¿Puede envolverlo por favor?-Le digo al hombre que me recibe con su peor cara. Diablos, si no le gusta su trabajo que renuncie.

-¿Y qué tienes planeado hacer luego?

-Pues, pasar a Music Around The World a mirar unos vinilos y comprarme un disco, o quizá dos.-Respondo mientras recibo mi vuelto y cojo el libro envuelto y protegido bajo una bolsa de regalo para mujer.

-Buena idea ¿Te acompaño? Podemos ir luego a comer algo ¿Te parece?

-Bueno, tenemos muchas cosas de qué hablar.

-Así me gusta-Su rostro demuestra lo contento que se siente por dentro.

   Salimos de la librería y nos encaminamos por los pasillos en busca de la tienda de música. Y no sé por qué, pero me siento mejor al estar con Dash. Quizá sea por todos los buenos momentos que vivimos juntos desde que lo conocí a los diez años; Partidos de futbol hasta pasadas las once, carreras en bicicleta, peleas, discusiones, apuestas, las primeras novias, nuestro primer concierto juntos a los quince, etc. Vivimos momentos de alegría, momentos de pena y momentos en donde la miseria se apoderaba de nosotros; pero siempre juntos.

-Mira, ese caballero camina como mujer-Dice Dash mientras se ríe de ello.

-No lo dudo. Al parecer nunca cambiado tu sentido burlón.

-Son los efectos de los pitillos. Te llenan de una alegría rara.

-Y también veo que tampoco has cambiado tus hábitos de...

-No lo digas, que me fumé uno hace unos minutos antes de entrar y si alguien lo sabe me colgarían.

-Ok, pero no me golpees.

-No, tan solo te quemaré con la punta de uno de mis amigos.

-¡Que abrumadora amenaza! Estoy quebrándome en lágrimas.

-Venga no seas así-Me da un pequeño golpecito en el hombro izquierdo. Me lo quedo mirando con una cara chistosamente amenazadora y luego le devuelvo el golpe.

-Ese es mi amigo, loco y extraño.

-Juntarme contigo me hace mal Dash.

-Ohhh, tú fuiste quién me dejó así.

-Lo dices como si tuvieras que haberte rehabilitado luego de haberte hecho el mal en tu vida.

Y lo sé, quizá el me hizo un mal en mi vida, pero yo también lo hice.

AnsiedadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora