- ¿Se encuentra Isabel Abbot?
- Soy yo.
- Tengo una carta para usted, firme aquí por favor. - Señaló la pantalla digital mientras le tendía un bolígrafo.
La mujer lo hizo y el sobre amarillo se le fue entregado. Era bastante grande así que se dispuso a abrirlo con cuidado.
- No puede ser... ¿El divorcio?- Dijo para sí misma.
Se sentó en el sofá mientras leía atentamente los papeles. Junto a ellos, dentro del sobre había una nota escrita a mano por Ernesto:
*Isabel, firma los papeles y acabemos con esto de una manera pacífica. Será lo mejor para todos.
No se había dado cuenta de que estaba llorando hasta que sintió las lágrimas recorrer sus mejillas.
***
- Aún no me has enviado los archivos que te pedí. - Dijo Raymond al entrar al despacho de su hijo.
- Podrías llamar antes de entrar y esas cosas... Estoy en ello, aún me falta algunos puntos que tratar y te los envió. ¿Pero por qué tanta prisa? - Preguntó su hijo desde su escritorio.
- Emm por nada, es que necesito el trabajo hecho antes de las ocho porque voy a ir a cenar con tu madre.
- Papá, disimulas fatal ¿Qué pasa? - Dijo entrecerrando los ojos desde su escritorio.
- Nada hombre, no seas tan paranoico. Te dejo trabajar. - Y como entró, salió.
- ¿Y bien? - Preguntó Bárbara tras él.
- Tenías razón, tiene la carpeta en su mesa.
- ¡Sí! - Exclamó la rubia. - Voy a sacar a mi hijo de esa amargura.
- No tires confeti antes de tiempo Bárbara, aunque estoy de acuerdo contigo en ayudar a Paul, igual otra mujer en su vida no es lo que necesita.
- Ni tú ni yo sabemos si es lo correcto pero quiero ver a donde lleva esto. - Dijo sonriente la mujer. - ¿Vamos a ir de cena decías?
Después de la larga charla con Jane, Lana se sentía mejor con algo de apoyo a su lado. Estaba bien tener más gente con quien conversar a parte de su madre y su abuela. Esta vez Lana dejó que su amiga la llevará a su casa, se despidieron y quedaron en hablar más tarde.
- ¡Ya estoy en casa! - Avisó después de cerrar la puerta principal.
- Hola hija, te he dejado comida en el microondas. - Habló su madre desde su habitación.
- ¿QUÉ? NO TE OIGO NADA. - Gritó mientras se acercaba a la habitación - ¿Qué decías? - Preguntó al entrar al cuarto donde su madre se encontraba frente al gran espejo de su tocador.
- Estás medio sorda. - Dijo riendo - Te he dejado comida en el microondas por si tienes hambre. - Habló sin mirar a la morena.
- ¿Mamá?
- ¿mmm?
- ¿Has estado llorando? - Preguntó seria al fijarse más en su madre.
- Solo un poco, pero estoy bien.
- No lo estás y creo que es hora de hablar del tema. - Dijo mientras de sentaba a un extremo de la cama.
Isabel se giró hacia su hija, sin cambiar de expresión.
- Que tu padre se fuera no es culpa tuya eso quiero que lo tengas muy claro.
- ¿A qué viene eso ahora? Si él se largó es sólo culpa suya.
- Ese es el problema hija, que no sólo fue culpa suya, sino mía también. Todos cometemos errores en la vida y yo estoy pagando el mío.
Lana arrugó la nariz - ¿De qué error hablas?
- Verás...- Comenzó pero el sonido del teléfono la interrumpió.
La joven sacó de su bolsillo el móvil. - Es un número desconocido. - Dijo al tiempo que contestó.
- ¿Diga?
- ¿Hablo con Lana Abbot?
- Sí, ¿quién es?
- Soy Petter Bull.
- Aah sí, ¿qué pasa agente? - Su corazón empezó a acelerarse sin que pudiera controlarlo. Puso el manos libres para que su madre entendiera la conversación.
- La llamo para informarle que ya no hará falta su presencia en el juicio contra Marlon Smith.
- ¿Y eso por qué? - Preguntó nerviosa.
- Desafortunadamente el señor Smith se ha suicidado en su celda hace apenas media hora.
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Alguien diferente
RomancePaul Blake es un hombre de negocios que trabaja junto a sus padres en la empresa familiar, sumergido en el trabajo, con algunos problemas con el pasado y harto de toparse con mujeres frías e interesadas. Por otra parte, Lana Abbot es una joven que d...
Capítulo 8
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