La Alianza de Callirus

21.9K 728 436
                                    

Milo se quitó la camisa azul que traía puesta, dejando al descubierto su torso bien esculpido, y se colocó de frente al astro rey. Dahlia y Emil se quedaron boquiabiertos al contemplar la singular belleza de la marca en el pecho del chico, junto a su corazón. Era un tatuaje a todo color que parecía tener vida propia, pues se balanceaba con suavidad y constancia, tal y como lo haría el oleaje marino durante un día de verano. Con cada haz de luz se podía percibir aún mejor la magnificencia de aquella obra de arte, dado que el sol parecía activar el extraterrenal resplandor de la daga.

Estaba hecha de turmalina engarzada en plata, y poseía una fina hoja dividida en dos lengüetas dentadas que salían desde un nudo central semejante a dos áureas alas de ángel replegadas y entrelazadas en un vórtice arremolinado. Justo sobre estas, destacaba un pequeño cilindro dorado, todo ello circundado por una guarda de diseño persa. La delgada empuñadura era coronada por un pomo en forma de ojo abierto, cuya pupila de rubí se posaba en el medio de una cuenca de oro. La más larga de las pestañas de aquel lucero se extendía hasta llegar a una cúspide tan puntiaguda como el huso de una rueca.

El joven puso su mano derecha sobre la daga al tiempo que pronunciaba la palabra "Callirus". Esta empezó a desprenderse despacio de su pecho, para colocarse sobre su puño abierto, siendo ya un objeto tangible. Después de todo ese proceso, que duró alrededor de unos cinco minutos, Milo suspiró de manera casi imperceptible y, con toda solemnidad, dio inicio a una compleja explicación acerca de lo que acababa de hacer y de la procedencia de su arma.

—Las doce constelaciones que decidieron formar parte de la "Alianza de Callirus", a saber, Apus, Camelopardalis, Cetus, Columba, Cygnus, Delphinus, Equuleus, Grus, Lepus, Lynx, Phoenix, y Vulpecula, son las encargadas de diseñar las pruebas de los páramos. Este consejo estelar se reúne a menudo para tomar decisiones conjuntas que garanticen el adecuado funcionamiento de la dimensión oscilante de Solu. Cada una de dichas constelaciones tiene la comisión de enviar a sus ciudadanos mejor capacitados a Cepheus, los cuales custodiarán el páramo que les sea asignado por acuerdo democrático de la alianza. Si un guerrero completa de manera exitosa todos los desafíos contenidos en un páramo, este debe ser premiado de inmediato. Ha de recibir una pieza de diamante que tiene estampado el emblema de la nación a cargo del páramo del cual salga victorioso. Al reunir todas las insignias, el luchador tiene derecho de intercambiarlas por una réplica exacta de una de las tres dagas ancestrales, las cuales fueron un regalo especial de la emperatriz de las Joutsen, la majestuosa Belldandy. Estas son "La Daga del Paladín", "La Daga del Sanador" y "La Daga del Protector", que es la que estoy sujetando justo ahora. Aunque el guerrero puede seleccionar el arma que prefiera, la utilidad de la misma se verá aumentada de manera significativa si su esencia coincide con el rasgo de personalidad dominante en el portador. Además de dotar a su dueño con habilidades sobrenaturales, cada daga modifica por completo la composición química y fisiológica de cualquier organismo. La primera vez que entramos a Loimu, Dahlia pudo ver a la imponente criatura que soy gracias a esta arma. Es imposible abandonar la forma que las dagas confieren, a menos que se utilice un escudo hexaédrico de neón, el cual debe ser controlado mediante las ondas cerebrales de quien lo utiliza. Eso es justo lo que hago para conservar mi apariencia y masa corporal humanas.

Con el ceño fruncido y un tono socarrón en su voz, la rubia interrumpió la ceremoniosa disertación de su hermano.

—Déjame ver si te entendí bien... Me estás diciendo que si logro salir viva de esos famosos páramos, me van a dar una de tres dagas, y esta me convertirá en alguna clase de cosa extraña que sólo podré ocultar con un escudo del cual no tengo ni idea de cómo encontrar, ¿correcto?

—Tranquila, Dahlia, todo a su tiempo. Ya te diré cómo obtener ese escudo luego. Ahora, por favor, déjame terminar con lo que debo revelarte.

—Bueno, creo que no me queda otra opción. Prosigue.

La Legión de los Olvidados [Saga Forgotten #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora