Cap 47. Mi Playboy favorito.

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*Lennon POV*

-Primero deberías ducharte, el efecto del alcohol no te deja pensar demasiado bien.-le digo a Azul mientras besa mi cuello desesperadamente, el olor al alcohol que consumió quedó penetrado en mi ropa.

-¿Te eh dicho que eres un aguafiestas?.-pregunta levantándose de la cama dificultosamente. Wow, ¿cuánto bebió esta chica?.

-Mañana me lo agradecerás muñeca.-digo también poniéndome de pie. Ella me mira haciendo una mueca mientras busca que ponerse en el armario.-Bajaré a prepararte un café.-digo para luego salir de la habitación. Espero que la ducha y el café le quiten los efectos de la bebida, porque si no lo hacen ella seguirá insistiendo en hacer el amor, y no me controlaré por mucho tiempo, soy un hombre.

***

-Listo.-dice la chica entrando a la cocina, sonrío al ver su pijama.

-¿Los mininos?.-pregunto divertido y ella me fulmina con la mirada.-Está bien, está bien.-digo levantando ambas manos en forma de rendición. Ella asiente sonriendo.-Aquí tienes tú café.-digo una vez que Azul se sienta a mi lado en el taburete.

-Gracias.-dice para luego tomar un trago del líquido.

-¿Te he dicho lo hermosa que eres?.-le pregunto y noto como sus mejillas toman color, sonrío al saber que causo eso en ella.

-Nop.-dice mirando fijamente su café.-¿Yo te eh dicho cuánto me gustas?.-dice y noto como se tensa. Al parecer esas palabras salieron de su boca sin querer. Sin pensarlo dos veces me acerco a ella, Azul deja el café y conecta su mirada con la mía, Tomo sus mejillas entre mis manos y deposito un corto beso en sus labios, ella cierra los ojos al notar la cercanía de nuestros rostros.

-¿Ya se te pasaron los efectos del alcohol?.-pregunto divertido y ella suelta una carcajada, pero luego se tapa la boca con ambas manos al darse cuenta que su madre duerme.

-Sip, pero algo sigue en pie.-dice acercando sus labios a los míos. La comisuras de sus labios rozan con las de mis labios, su nariz choca con la mía y sus manos descansan en mi espalda. Sus labios abren los míos, mi lengua impacta con la suya y noto como un escalofrío recorre su cuerpo. Sus besos hacen un camino desde mi boca a mi cuello, Azul muerde mi cuello y doy un mínimo salto por la impresión. Sus besos hacen que quiera más de ella, me vuelven loco, ella seguía moviendo sus labios contra los míos desesperadamente y luego de unos minutos me tenía acorralado entre la mesada y su cuerpo. Mis manos se posaron en su espalda y de a poco bajaban hasta llegar a su cadera, Azul enterró sus dedos en mi cabello mientras besaba desenfrenadamente mi cuello. Mis manos continuaron bajando hasta llegar a sus glúteos, ella gimió al sentir el tacto pero luego continuó con sus besos, la amarré fuerte de sus glúteos y la elevé del suelo obligándola a enredar sus piernas en mi torso, giré sobre mis talones y ahora era yo quien la acorralaba contra la mesada. Comencé a tomar el mando de la situación y besé su cuello detenidamente, una de mis manos se posó bajo la remera de su pijama y la otra en su nuca atrayéndola más a mí como si eso fuera posible, sus manos tiraban de mi buzo cada vez que la besaba en la boca. Mi mano que se encuentra bajo la pijama sube detenidamente por su reacción, un escalofrío recorre su cuerpo pero aún así no se da por vencida, mi mano se posa sobre uno de sus pechos involuntariamente y ella gime ante el contacto, poso ambas manos en su espalda intentando desabrochar el sujetador. Las manos de la chica se posan en mí pecho empujándome fuera de su alcance.

-¿Fui muy lejos?.-pregunto nervioso mientras paso una mano por mi nuca, Azul mira el suelo.

-Lo siento... Yo se verdad me creí capáz de.. -comienza a decir pero es interrumpida por mi hermosa voz.

-Hey, tranquila, no tienes que sentirte mal, es decir, ni siquiera somos novios.-digo tomando sus manos entre las mías.

-Es que tú me gustas mucho, y de verdad estoy muy agradecida contigo, pensé que esta sería la mejor forma de agradecer, pero no soy capáz, Lo siento.-dice y noto una lágrima escapar de su rostro.

-Hay muchas formas de agradecerme.-digo secando la lágrima traicionera.-Vayamos despacio, ¿si?.-digo y ella asiente sonriendo tiernamente. La observo bostezar y luego sus ojos marrones se clavan en mí, su mirada recorre mi rostro detenidamente, como si lo estuviera analizando.

-Creo que debería irme a dormir.-dice llamando toda mi atención.

-Creo que será lo mejor.-contesto mientras me acerco con paso lento al taburete en que se encuentra.

Entrelazo mi mano con la suya y luego ambos salimos juntos en dirección a las escaleras.

-Buenas noches.-dice la chica cuando llegamos a la puerta de su habitación.

-Que sueñes conmigo.-digo depositando un corto beso en su frente. Giro sobre mis talones para dirigirme a "mi habitación".

-Espera.-dice reteniéndome del brazo y sonrío, sé lo que me pedirá.-¿Puedes quedarte conmigo?.-pregunta una vez que me encuentro con su mirada.

-Será un placer.-digo y ella sonríe como niña chica cuando cumplen sus caprichos.

Nos adentramos a la habitación y Azul se acuesta bajo las colchas de su cama. Me quito el pantalón ya que ella no me mira, al igual que mí remera y también me adentro en la cama. Ella observa mi rostro por unos segundos, mientras yo juego con su cabello. Luego de unos minutos de contemplarla mis ojos comienzan a pesar y mis párpados se unen de a poco. Cuando estoy a punto de dormirme la chica dice unas palabras que me hacen sonreír por mis adentros.

-Me gustas mucho, eres y serás siempre mi Playboy favorito.-dice la chica, al parecer no se percató que aún no me eh dormido del todo. ¿Me llamó Playboy?. Okay, Okay, centrémonos en lo más importante, LE GUSTO, eso es todo lo que quería oír, quería escucharlo de su boca. Un cosquilleo en el estómago hace que me remueva inquieto en la cama, abro mis ojos unos milímetros y la chica se encuentra dormida. La observo respirar pacientemente, luego de unos cuantos minutos de contemplarla mis ojos vuelven a pesar por segunda vez.

El Hermano De Mi Mejor AmigaWhere stories live. Discover now