c i n c o

61.7K 5.9K 8.5K
                                    

Sentí cómo alguien me acariciaba suavemente la mejilla y cómo después depositaba un beso dulce en esta. Me costaba abrir los ojos, quizá porque estaba demasiado cansada o porque había demasiada claridad en el salón del apartamento de Jimin. También noté, al intentar reincorporarme, que algo reposaba sobre mi abdomen. Fue eso lo que me obligó a abrir los ojos. Los froté con un gruñido que a alguien debió de parecerle bastante adorable, puede que hasta ridículo.

Jimin dormía con la cabeza sobre mi tripa. Se quedó dormido después de estar dándome golpes durante toda la noche para que no me quedara dormida, para que me enterara de la trama de la película de superhéroes que había puesto a medianoche,  después de que Yoongi se marchara.

Y hablando del rey de Roma, el cabrón teñido estaba a mi lado, con los codos hincados en el sofá. Me retiré enseguida, al ver que su pequeña nariz casi rozaba mi mejilla.

— Buenos días. — Saludó, sonriente.

Yoongi nunca me daba los buenos días, un simple gruñido bastaba. Tampoco solía despertarse antes que yo, a no ser que la alarma de su teléfono le despertara un par de minutos antes; definitivamente se estaba comportando de una manera extraña. Entorné los ojos, aún desorientada. Yoongi se fue después de que yo le espantara con un gesto de mano. No dijo nada, simplemente se puso de pie y se quedó mirando a Jimin, con los brazos en jarras. Empezó a golpearle.

— ¡Ay! — se quejó el pelinegro.

— ¡Yoongi, para! ¡Vas a hacerle daño!

— ¡Despierta, inútil! — espetó Yoongi, acercándose a la cara de Jimin y apretando sus mejillas, moviendo su cabeza de un lado a otro. Se notaba a kilómetros que lo hacía con rabia. Ni un sólo ápice de cariño. — Os he hecho el desayuno.

Fruncí el ceño. Jimin por fin se retiró de encima de mí, así que pude levantarme del sofá donde nos habíamos quedado dormidos. Él se pasó una mano por el pelo aún medio dormido antes de acompañarme hacia la pequeña cocina.

— Nunca has hecho el desayuno. — Comenté, suspicaz. Yoongi estaba dándome la espalda, pendiente de que las tostadas se hicieran correctamente, pero le oí reírse. Miré hacia atrás en busca de Jimin. — Nos va a envenenar.

— Claro, cada café lleva dos cucharaditas de cianuro para que os ahoguéis de una puta vez. — Dijo con un sarcasmo tan sutil que pensé que lo decía en serio.

Jimin bostezó y tomó asiento en uno de los taburetes que había en la cocina, delante de una isla donde Yoongi había colocado dos tazas de café.

— A mí me da igual. Sólo tengo hambre.

— Para ti no hay nada. — Soltó Yoongi, frío.

— Jo, siempre soy el discriminado.

— Yo no te margino, Jimin.

— Ay, Hye, me alegro de tenerte como compañera de apartamento ahora.

— Si queréis, podéis robarme los condones y follar aquí mismo. — Yoongi dejó con un golpetazo un plato cargado de tostadas, a punto de rebosar. Sin exagerar, conté unas quince tostadas. Nos advirtió severamente con la mirada.

Yoongi no dormía, de eso estaba segura. Me di cuenta de que sus ojeras violáceas eran cada vez mayores, tenía una palidez bastante extrema y severos cambios de humor. Entorné los ojos, sosteniendo su mirada, e intenté adivinar qué se le pasaba por la cabeza. Se comportaba de una forma muy, muy pero que muy rara. Tampoco parecía estar bajo la influencia de las drogas, así que no supe qué pensar.

Pasé mi café a Jimin. — Toma, yo no quiero desayunar.

— Gracias.

— Nada de gracias. El café es de Hye y va a beberlo. — Apuntilló Yoongi.

Hold me tighter (HMT2)  » Suga;BTS✔Where stories live. Discover now