El pelinegro alzó las manos en señal de paz. — Tranquilo...

Puse los ojos en blanco. Me fui de allí, pero justo cuando iba a bajar las escaleras, Yoongi volvió a llamarme. — Hyesun, ¿podemos hablar?

No le hice caso. Fingí no haber escuchado nada y empecé a bajar las escaleras, sin mirar atrás, ni siquiera cuando oí un "zorra" bastante claro y un fuerte portazo. Dejé la cabeza bien alta. Había pasado de llamarme estúpida a llamarme zorra casi diariamente. Al principio me dolía, y la primera vez que Yoongi me gritó tal barbaridad, lloré. Me dolía que me llamara zorra sin sentido, sabiendo que estaba aguantando sus cambios de humor y sus borracheras día a día, sabiendo que todavía le quería. Al parecer, la única zorra era yo, y no las tías que se follaba cuando estaba de parranda por los pubs de Londres. Poco a poco, conforme me iba hartando de él, me acostumbre a la palabra zorra y acabé dándole la más mínima importancia. Aprendí gracias al imbécil de Yoongi que los insultos no debían importarme; no había nadie capaz de juzgarme, y mucho menos un cabrón como él.

Al llegar a la cocina del apartamento de Jimin, me apoyé en la encimera de mármol y suspiré. Vi al susodicho dueño de la casa bajar por las escaleras. Nos miramos. Vestía una camiseta blanca, de tirantes, con la que presumía de bíceps y tríceps. A él también le llamó la atención mi vestimenta. Enarcó las cejas y me señaló.

— ¿Cómo has podido dormir así?

Me encogí de hombros. — Estaba muy cansada como para cambiarme de ropa. — miré varias veces el grifo que tenía al lado. Sin pensármelo dos veces, lo giré para que el agua saliera caliente y lo abrí.

— ¿Qué haces?

Oímos un clarísimo gruñido procedente de la planta de arriba. Señalé al techo. — Escucha.

— ¡Jeon Hyesun! — Gritó Yoongi, desde el baño. Se escuchaba el agua caer sobre la bañera. Me reí. Casi al instante, se oyó como Yoongi paraba de ducharse. Después de un par de golpes y un portazo, vimos a Yoongi bajar las escaleras, calado de pies a cabeza, con el pelo echado hacia atrás y con una toalla blanca rodeándole la cintura. Estaba bastante cabreado. — Joder, ¿te parece divertido putearme tanto?

Me miró mientras cerraba con un manotazo el grifo de la cocina. No me miró sin más; me había declarado la guerra. Yo hice una mueca indicando que me importaba, diciéndolo bien claro, una mierda. Me molestó el hecho de que Yoongi creyera que sólo fastidiarle la ducha matutina era "putearle". Solté una carcajada irónica cuando él ya volvía al baño. La escuchó, pero también la ignoro cómo yo había ignorado sus insultos. Eso solo quería decir una cosa: había empezado la guerra fría. Y estaba convencida al doscientos por cien de que iba a ser la primera vez que ganara.

Las palabras estaban ya terminantemente prohibidas. Lo único que contaba era joder al contrario hasta machacarlo. Yo ya estaba rota, y en el fondo, muy pero que muy ansiosa de tener algo de venganza. Yoongi era celoso, por eso lo primero que se me ocurrió fue salir con Jimin a desayunar. Sin más, sin dar previo aviso.

— ¿Tienes algo importante que hacer ahora? — le pregunté, sonriente. Jimin negó con la cabeza, así que me acerqué a él, puse mis manos sobre sus hombros y le obligué a subir a su improvisada habitación. — ¡Vamos a desayunar al centro! ¡Me pondré guapa!

— Ay, bueno, si insistes... — Hizo como si estuviera sonrojado, desde lo alto de las escaleras. — Pues yo me pondré unos pantalones apretados entonces. Qué remedio.

Hold me tighter (HMT2)  » Suga;BTS✔Where stories live. Discover now