Soy Uchiha [ Naruto Fanfic]

Capítulo 8: ¡Una pequeña venganza!

Soltaba aire por la boca hacia mis pequeñas manos, trataba de mantenerlas caliente lo más que podía. Llevaba abrigo, gorro, bufanda y guantes, pero aún así el frío era potente. Me sentía muy congelada, pero no me rendiría. Debía seguir hasta encontrar a esa persona que me podría entrenar para volverme más fuerte y así cumplir la promesa que me hice.

Moví mis piernas entre la nieve, mientras buscaba un lugar donde pasar la noche. 

— Pss, pss, ¿estás perdida?.

Giré con rapidez hacia atrás. Observé detenidamente a la persona que me llamó con una voz tan aguda. Era un niña, de mi misma edad parecía, llevaba mucha ropa encima pero estaban algo descuidadas y sucias, su cabello de un color castaño y la piel muy blanca. Negué lentamente a lo que preguntó. Ella sonrió.

— ¿También estás buscando a tus padres?.

Alcé una ceja. No entendía a lo que se refería.

— No...

Se acercó a mi, y tomó mis manos. — ¡Estás congelándote, ven conmigo, te llevaré a un lugar caliente!.— sin esperar respuesta, me arrastró con ella hasta la entrada de una cueva.— Este es mi hogar temporalmente.

Miré para todos lados, y lo único que había era una fogata, una pequeña maleta y una cama de hojas, ¿realmente esta niña vivía en condiciones así?.

— ¿Cómo te llamas?. — me preguntó, invitándome a sentar junto a ella alrededor del fuego. 

— Kanna Uchiha. — le dije, pero no la veía a ella, sino a la fogata.

— ¡Yo soy Mai Urirake! ¡Un gusto! — asentí.— Estoy buscando a mis padres, ellos me dejaron aquí y me pidieron que no me moviera hasta que regresen, pero ha pasado mucho de eso. — rascó su mejilla, pensando.

La verdad es que no le había preguntado pero ella habló sola. Así que para no dejarla sentirse mal, le hice conversa.

— ¿Desde hace cuánto que tus padres no vuelven?

Ellla sonrió, parecía que siempre lo hacía.— Tres meses.— me indicó con sus dedos. Yo abrí los ojos con sorpresa y traté de no verla con tristeza. Lo más seguro es que la habían abandonado.— Por eso quiero buscarlos, quizás les sucedió algo en el camino y no han podido volver. ¡Pero no me rendiré hasta tenerlos conmigo de vuelta!.

Sus ojos brillaron ante tan preciado anhelo y con tan pulcra inocencia que no se daba cuenta de la verdad detrás de todo. Era un polo opuesto a mi, mientras ella relucía, yo me apagaba con el pasar de los días. Ella sonreía con facilidad, yo ya había olvidado como hacerlo. Ella iba de aquí para allá y yo solo la veía.