12.Secretos I Parte

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Cuando el cuerpo del humano fue elevado del suelo y sus piernas colgaron se dio cuenta que JongIn lo había sentado sobre una mesa, miro algo perdido aún estaban en la biblioteca, en la segunda torre y no tenía una pizca de temor de aquel vampiro. Se preguntó por un dudoso momento que estaba ocurriendo, estaba siendo débil, perdiendo su dignidad tal vez pero una parte de él necesitaba eso, saber lo importante que era para JongIn y como ese vampiro reaccionaba con su presencia, una parte de él quería disfrutar tanto a como parecía que el vampiro lo hacía.

Un gruñido del moreno lo trajo a la realidad, rodeo el cuerpo ajeno con sus piernas sin saber si estaba bien o mal hacer aquello pero con el gemido que JongIn lanzo pareció ser buena idea. KyungSoo pego un brinco cuando los filosos colmillos del moreno rasguñaron su cuello y hombro, comenzó a respirar con fuerza y JongIn lo miro. Los segundos se volvieron eternos cuando aquellos ojos semirojizos se conectaron con los suyos, el pánico le invadió pero esta vez no temía del vampiro sino de sí mismo, jamás quiso algo como este momento, deseaba que JongIn lo mordiera, que absorbiera gota a gota de su sangre y afirmara que eran uno del otro.

-¡N-no!

-KyungSoo

Se preguntó porque JongIn usaba ese tono de voz, seguramente a propósito, KyungSoo quiso poder darle un golpe en la cara y hacer que apartase esa mirada seductora, quiso tener la fuerza interna para negarse pero su boca se abría y no salían las maldiciones que necesitaba, en su lugar los suspiros hacían que JongIn siguiera. Las manos del moreno dibujaron figuras en su espalda, la lengua le dejo caminos húmedos en el pecho y cuando JongIn mordió uno de sus pezones no disimulo el grito placentero.

-Voy a morderte

Aunque KyungSoo creyó que en este momento una advertencia no era buena idea lo medio agradeció, buscó en su interior con toda la poca conciencia que le quedaba algo coherente que decir o mejor aún algo que hacer. No se había detenido a pensar si JongIn provocaba ese atractivo sexual dentro de él, había vivido todo ese tiempo con el vampiro sin preguntarse realmente como iba a actuar en los momentos como este.

Sabía que JongIn lo deseaba, pero él al vampiro ¿A él le gustaban siquiera los hombres?, tuvo una infancia extraña y nunca sintió amor o deseos por alguien pero estaba seguro de algo. Cuando su esencia fue liberada después de tanto tiempo en aquel baño gracias a las manos del moreno había firmado su propia sentencia.

-Muérdeme

El susurro llego a medias a los oídos del vampiro, sus ojos se abrieron y paso la lengua con delicadeza por el excitado pezón de su humano de nuevo, el pequeño cuerpo tembló y JongIn quiso hacerlo temblar con más fuerzas ¿Cómo se vería cuando por fin lo penetrara?.

-¿Qué has dicho?

KyungSoo apretó sus labios, la forma en que las manos de JongIn le acariciaban lo hacían sentirse tan frágil y extraño, las gotas de sudor bajaban delicadamente por su frente, asustado, confundido y tan excitado. Debería haber huido y esconderse en la casa de Kris cuando tuvo opción, debería dejar de sentirse todo tan jodidamente bien, haberse negado al placer que Kim JongIn representaba.

-¡Muérdeme!-aunque aquello fue sorpresivo para el vampiro, se sintió más excitado aun, el tono autoritario que KyungSoo uso hizo que su miembro se apretara más dolorosamente contra sus pantalones, asintió de forma estúpida y respiró profundamente sobre el hueco entre cuello y hombro de su humano.

Deslizó a KyungSoo hasta recostarlo sobre la mesa, dejó que algunos libros de historia griega cayeran con ruidos sordos al suelo y no se preocupó mientras rasgaba parte de los pantalones que el humano vestía. El pelinegro apretó sus ojos y cuando JongIn toco su despierto miembro dejo salir un pequeño quejido, el cálido aliento del moreno subió lentamente y bajo de nuevo estaba a punto de quejarse cuando lo sintió, su piel era abierta y dolía como los mil demonios, abrió sus ojos y dejó que el gemido más sensual que JongIn había escuchado saliera de sus finos labios mientras los colmillos del vampiro se hundían con fuerza en él, la mano del moreno apretó con fuerza su miembro y KyungSoo tuvo que morderse los labios para no empezar a gritar.

Mi propio humano - [KaiSoo]Where stories live. Discover now