3. Fidelidad

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El auto en el que viajaban no era el mismo de la última vez, este era más grande aún y KyungSoo se hundió en el suave asiento evitando mirar a JongIn. La vista parecía ser mucho más interesante aunque lo único visible para el chico eran árboles y más árboles.

-¿Estás nervioso?

-No cambia nada si lo estoy-admitió KyungSoo en voz baja y JongIn se dio por vencido tratando de concentrarse en algún punto en el suelo pero su mirada se dirigía hacia el chico frente a él sin que pudiese evitarlo.

El viaje parecía eterno y el silencio estaba molestándolo demasiado, nunca había sido alguien de muchas palabras a decir verdad pero en este momento necesitaba decir algo o estallaría. Extendió sus propias manos mientras imaginaba la suavidad de la piel contraria. Detente JongIn, realmente detén estos estúpidos y enfermos pensamientos, el chico te odia y punto.

Desde su lugar podía escuchar los latidos descontrolados de KyungSoo y los movimientos de las manos contrarias no pasaban por alto, estaba nervioso y él podía darse cuenta pues también estaba muy nervioso pero confiaba en hacerlo bien y sobretodo en que ese pequeño humano estuviese cómodo, deseaba más que nada eso.

-Joven-JongIn salió de sus pensamientos y se giró a la ventanilla que separaba sus asientos del chofer, el vampiro de apariencia mayor sonrió haciendo un vago movimiento con su cabeza. Habían llegado ya.

-¿Es aquí?- JongIn asintió antes de hablar, KyungSoo palideció mientras la puerta se abría y el moreno salió extendiendo después una de sus manos hacia él.

-Ven

El lugar era ridículamente perfecto, KyungSoo con sus pies descalzos sentía el frío de la cerámica colarse por todo su cuerpo, caminaba cerca de su dueño en silencio mientras este saludaba a algunos vampiros que parecían importantes. La incomodidad se arremolinaba en su estómago y estaba seguro que vomitaría en cualquier segundo, tal vez sobre los lujosos zapatos de algún vampiro.

Escuchó un gruñido y al girarse JongIn enseñaba sus colmillos, KyungSoo miró hacia la esquina en la que el moreno ponía su atención y notó como dos vampiros más altos conversaban amenamente. De alguna manera la rabia del moreno estaba en el ambiente así que sin mucho pensar terminó extendiendo su mano y jalo la ropa del otro obteniendo de inmediato atención.

-¿Cu-cuando comienza?

-Pronto, tenemos primero una cena y luego un montón de formalidades sin sentido-JongIn suspiró-No te preocupes KyungSoo esto será rápido y estaremos en casa cuando menos lo esperes

-¿Puedo ir al sanitario?

-No-JongIn poso su mano en el brazo del más bajo-Es peligroso

-Pero- 

-Sin una señal de que ya tienes dueño eres una presa fácil, KyungSoo eres prácticamente carne fresca en medio de perros hambrientos-el chico terminó por mirar hacia el suelo enfurruñado y JongIn por sobre todo halló el gesto increíblemente adorable-¿Necesitas ir?

-Olvídalo- el más bajo iba a seguir andando pero JongIn le sostuvo aplicando algo de fuerza en su hombro, se agachó y aprovechando el estado de piedra en el que su pequeño humano había entrado le dio un beso en el cuello-¿¡Qué!?

-¡Shhhh!-JongIn tapó la boca del humano-Ya sabes KyungSoo, no puedes gritarme-el bajo asintió y el moreno sonrió-Ya puedes ir al sanitario, tienes una marca ahora

-¿Marca?¿qué?

-Mi olor, ahora tienes mi olor y cualquiera que intente tocarte sabrá que se enfrentara a Kim JongIn si lo hace-el vampiro revolvió el corto cabello del humano-Puedes ir con seguridad

Mi propio humano - [KaiSoo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora