#39 - ESTE TIEMPO SIN ELLA.

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Enredo los dedos en mi cabello. Cierro los puños con ellos, a pesar del dolor que me causo sigo estando en la realidad.

—¡No, no, no! ¡Nooo! —La llamada sigue en curso, solo debo cancelarla, demostrar valor y cortar. —¡Sofía! ¿Qué hiciste?

Se acabó. La llamada ha terminado. Siento alivio, mis nervios descansan. "Ufff", culmino exhalando el poco aire que había contenido. Tomo el celular para marcarle a Sofía y reclamarle, apenas lo tengo entre mis manos la llamada vuelve a entrar.

—¡No! —Pienso rápido. Pienso a la mayor velocidad posible que puedo hacerlo. La información se procesa a toda máquina, necesito decidir qué hacer.

¡Vamos Demián, eres inteligente, decide rápido! Me digo a mí mismo. No me voy a acobardar por cosas como estas. He estado esperando este momento, no así, pero lo he esperado. Prepare mi mente para el deseo pero nunca para el cumplimiento del deseo. Paso una mano sobre mi rostro, lo inclino para ver una vez más la llamada que está por terminar, y sin pensarlo más mi dedo índice presiona el botón que considero correcto.

Me siento sobre la barra de la cocina, coloco el celular a un lado. Hay un momento de silencio. Suspiro, despacio, sin alterar el momento. El silencio sigue. Mis pies se mueven nerviosos dando golpecitos a los cajones debajo de la barra. Y entonces sucede...

—Hola, —su voz. Veo el celular, mi cámara esta bloqueada. La veo a ella, parpadea. —Hola, ¿estás?

¿Qué si estoy? Sigo aquí para ti desde hace más de un año, la pregunta correcta es ¿cuánto tiempo más estaré o debería estar aquí?

—¡Hola Demián, saludos desde Londres! Soy Martha, ¿quieres hablar?

—Hola Martha. —Respondo, e inmediatamente escucho el cuchicheo de "si es él". —Un gusto saludarte, saludos desde Oklahoma, claro me gustaría hablar.

—Saludos Demián, soy Carolina. ¿Con quién quieres hablar? —Pregunta.

—Con mi novia, pero justo cuando iba a hacerlo entro esta llamada. —La voz de Zoé se ha perdido a pesar de seguirla viendo en pantalla. Su rostro es de incredulidad. ¡Lo disfruto, realmente lo disfruto! —Pero descuiden, también es un placer hablar con ustedes, mi novia puede esperar un rato.

—Oh, no te preocupes galán. Vaya y atienda a su novia. —Me reprende Zoé. Coloco los auriculares para oírle mejor pero mi cámara sigue inactiva.

—¿Perdón señorita? —Hablo con firmeza.

—Lo que oíste. ¡Vaya y atienda a su novia!

—Pues usted debería estarle marcando a su novio y no a mí.

—Yo no sabía que este era tu número, me engañaron. Si no...

—Si no qué, ¿no hubieras llamado?

—No. No lo sé. Deja de hacerme preguntas sin darme la cara, cobarde.

—¡Uuuyyy ya ardió! Bueno guapo, nosotras ya nos vamos, —le da un jalón al brazo de carolina, —otro día podemos hablar, —se disculpa, la veo desaparecer. —¡Mátense a gusto! ­—Dice Martha como despedida final. Zoé la fulmina con una mirada.

—Me voy, esto no me incumbe. No se maten, besos. —Carolina lanza un beso y se va.

Zoé voltea el rostro hacia sus dos amigas con cierto enojo. Se escucha que una puerta se cierra y su rostro vuelve a fijarse en la pantalla.

—¿Vas a darme la cara sí o no? —Dice como ultimátum.

—¿Vas a darme una vida contigo? —Remato.

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