#23 - VAS Y LO CONQUISTAS.

1.7K 44 13
                                    

Antes de orar por los alimentos la he descubierto mirándome. Una vez que ha iniciado a orar saco los post it de mi bolsillo y elijo el primero para la ocasión. Lo dejo sobre la orilla de su plato. Todos decimos amen al momento que un "ding-dong" proviene de la puerta. Si, si estoy nervioso, pero tengo el don de aparentar que puedo recibir un tornado en el pecho y doblegarlo a mi antojo aunque este me haga pedazos en el proceso, no tenerle cerca cuando la necesite, eso sí me pone nervioso y genera miedo.
Voy a controlarme. Voy a controlarme. ¡Demián vas a controlarte! Me digo con convicción insistente. Vamos, qué más puede pasar. El novio esta por entrar, su papá esta por entrar, y yo, yo ya entre. Llevo ventaja. Sonrío.

-Coman, yo iré a abrir. -Se levanta la madre de Zoé. Abi. -Ustedes inicien.

Se va a pasos rápidos y desaparece del comedor en segundos. Zoé ha tomado el post it entre los dedos y sonríe. Me ve y se muerde los labios expresando nerviosismo.

-Buenas tardes a todos. -Se escucha una voz, que, por mi anterior y corto encuentro con él, confirmo que no es el padre de Zoé.

-Hola Tito, -Le saludan a coro Martha y Carolina.

Zoé lo ve sin responderle palabra. ¡Dios, esto se va a poner bueno! Se acerca la besa en la mejilla. Es tonto o se hace, pero a mí me ha ignorado, o no me ha visto. Zoé se disculpa con un ligero e inocente: "Lo siento, cariño", después que él le ha preguntado el por qué no le aviso que saldría temprano. ¡Ugrrr me hierve la sangre celar a quien en lo más mínimo no me pertenece, y que sin embargo, supongo en mi ego que sí!

De momento se detiene. Da media vuelta y me ve allí sentado. Le sonrió, una vez más, con esa parte falsa dentro de mí, pero que no me impide ser amable con este prójimo rival. Me ve por unos segundos sin hacer ningún tipo de movimientos, no gesticula, no se mueve, ojala tampoco respire. Pero aquí viene, mueve los labios y lo suelta.

-¿Tú? -Me dice frunciendo el ceño.

Que incómodo. Digo, para él. Yo estoy tan bien, mi rictus es inalterable, y este pedazo de creación no me lo va a alterar. Le extiendo la mano. Espero deje de portarse insolente porque no quiero atrasar más mi maravilloso momento de probar el platillo de mi futura suegra.

-Sí. Yo. -Mi mano se mantiene en el aire y él no ha contestado el saludo.

La madre de Zoé ha vuelto a tomar su lugar, los ahí presentes están inmóviles, y no hay alguno que no sepa de mis intenciones, y éste frente a mis ojos, empieza a olfatearlas.

-Tito, -le dice con cordialidad la madre de Zoé, -él es Demián, y te está extendiendo la mano para saludarte.

-Oh, sí, -se excusa el muy sin vergüenza, -no lo había notado. Disculpa, -me dice extendiendo la mano, -soy muy distraído, disculpa, soy Tito Vant, para servirte.

-Demián Quintana, -me pongo de pie y estrecho su mano con fuerza con ambas manos porque su cuello me quedo muy lejos y hay personas presentes.

Se sienta, el aire no deja de ser tenso pero más fácil de respirar. Zoé toma un plato y le sirve un poco de comida. Nadie dice nada en los próximo minutos, solo el ligero sonido de los cubierto y cucharas chocando contra la cerámica de los platos nos recuerdan que en esa mesa hay vida. Martha ha hecho un par de bromas que rompen el silencio secundada por Carolina, y cuando el aire espeso se disipa, se escucha que la puerta se abre y a los segundos se cierra. Ahora sí, cuadro completo, debe ser el padre de Zoé.

-Hola a todos. ¡Tenemos casa llena! -Saluda amablemente acercándose a la mesa, -ya estoy aquí cielo. -Le da un beso a su esposa, después se acerca a Zoé, -¡lagartija! -Le dice al momento que la abraza fuertemente y le da un beso bien tronado en la frente.

POEMAS PARA ZOÉWhere stories live. Discover now