#15 - MI VOLUNTAD DENTRO DE UNA VOLUNTAD MAS GRANDE

2.8K 59 19
                                    

—¡Demian, levántate ya es hora!

"Toc-toc" y más "toc-toc", escucho desde el fondo de mi más profundo sueño. Y cada vez se escucha más fuerte, como si un desfile con un enorme tambor que les preside se acercara a mi e intentara dejarme sordo. "Ummm", es mi única respuesta ante el fastidioso ruido. Y allá, mas allá de lo profundo, escucho mi nombre, pero el cuerpo no me responde.

—¡Demian!

Esa ley de la gravedad que me obliga a quedarme pegado a la cama, hundiéndome en ella más y más, me imposibilita moverme y se siente tan bien. "Toc-toc" sigue sonando con agresividad. De pronto abro los ojos lo más grande que puedo.

—Eeey, sí. Ya, ya voy mamá. ¡Ya voy! Estoy despierto. —Respondo buscando el celular por toda la cama pero sin levantarme.

—Si no te despiertas de verdad regresare y te tirare la puerta. —Afirma mi señora madre. Y le creo, gracias a Dios le puse seguro por la noche, porque si no hubiera cumplido su sentencia de despertarme con mucha agua.

Encuentro el celular entre las sabanas. Me siento sobre la orilla de la cama en modo zombi para buscar un mensaje de la causante de mi desvelo, aunque creo que me dormí primero. En realidad no se ni como quedamos, quizá ya es mi esposa. Desbloqueo el celular y nada. "ultima conexión 2:15am", 30 minutos después de haberle mandado la nota de voz. Me tomo una foto y la recorto solo enviándole mi cabello alborotado y el pulgar levantado cerca de mi frente como diciéndole: "Muy bien, lo lograste, estoy que muero de sueño", obvio ese es el mensaje superficial, el que quiero que sepa es el que le escribiré después de enviarle la foto:

—Mis ojeras tienen nombre y apellido: tú. —Me quedo como extasiado viendo el celular fijamente por unos minutos y como veo que aún no se pone en línea apresuro a arreglarme.

La voy a conquistar, seguro que sí. Pienso mientras el agua fresca de la regadera cae sobre mi rostro. No es cosa del otro mundo, pero de pronto ella es mi mundo, me digo al verme frente al espejo y continuo arreglándome. El novio es apenas un detalle en su vida, aunque si yo fuera él, y supiera que alguien externo a él ha hecho de Zoé el objeto de su amor, en el mejor sentido, estaría preocupado, de la misma forma que se angustia un padre cuando un niño no tiene cerca de si la sabana o el juguete preferido, porque es seguro que llorara hasta tenerlo. Yo, no pretendo llorar, no hasta ahora, pero consciente de que el amor es sufrido, no lo descarto. Sigo pensando mientras me pongo los calcetines. Pero hay algo que me da vueltas la cabeza: Dios. Dios me aterra, y al mismo tiempo me fascina y encanta.

Me fascina y encanta porque siempre va más allá de lo que yo pido y espero. A veces me he preguntado cuál es el chiste de orar y pedirle a Dios algo si de ante mano Él ya lo sabe. Pero la esencia de esto, no está en hablar, sino en intimar con Él, creo pues eso he visto de mis padres; ya que mientras más paso tiempo en oración más me descubro a mí mismo en Su esencia divina, pues mi vida está escondida en Él. A mayor oración, mayor revelación de quién es Él, y quien soy en Él. ¡Eso es genial! Sin embargo me aterra y me hace temblar su voluntad, porque, ¿y si simplemente estoy obsesionado con Zoé, pero Él no tiene el más mínimo interés en esta relación?, no en nosotros es la pregunta, pues sé que en nuestras vidas tiene interés, pero ¿y en una relación? Me espantan sus "no" y aún más, me quiebran sus silencios, esos que no dicen nada y sin embargo declaman tan fluidamente su voluntad. Ese terror a oír algo que va en contra de mi voluntad pero a favor de Su voluntad, a veces me hace no querer hablar con Él, no es enojo, es como una etapa de asimilación, a todos nos pasa, y Dios lo sabe. Porque de ante mano también nosotros sabemos en lo profundo de nuestro corazón cuando Él no quiere o no aprueba algo. Pero mi necedad y obstinación como la de cualquier hombre no tienen límites, sin embargo este asunto debe tenerlos, porque no se trata de una meta más, se trata de Zoé, la única chica en mis 17 años de vida que me ha atrapado sin intención o motivo más que el de vivir. Hay mujeres que no hacen más que existir para enamorarnos. Lo escuche de mi viejo cuando nos contaba cómo se enamoró de mamá.

POEMAS PARA ZOÉWhere stories live. Discover now