#24 - EL DECÁLOGO

1.9K 52 17
                                    

La plática con él iba muy bien, y así quería que se mantuviera pero empezó a darle otro rumbo con sus preguntas y las cosas que le hacían sentir incómodo.

-Pues lo noto más que interesado en una amistad, Zoé. -Dice Tito en un tono que en verdad detesto.
-Pues si, la verdad es que está interesado en mí, pero te repito que ya he hablado con Él y le he dicho que tengo novio, sabe que eres tú, y ya. -Respondo en mi defensa, en tono lo suficientemente dulce como para que note la veracidad con la que quiero expresarme.

La plática sigue girando en torno a lo mismo, y estoy fastidiada, él sigue con esos celos que yo no puedo tolerar. Volteo el rostro evadiendo sus reclamos pero aún eso le molesta. "Mírame cuando te hable", me ordena, y yo tengo oídos sordos a sus tan repetitivas y necias palabras.

-Ya te dije que basta con el tema. ¿Qué quieres que te diga? Te he contado todo, que es un compañero de clase, que lo conocí exactamente el día que tú no llegaste por mí para llevarme a la escuela, que dos días antes había venido a comprarnos hamburguesas... -("ah es el tipo ese, ya lo recuerdo"), dice Tito interrumpiéndome, pero prosigo en mi aclaración haciendo caso omiso a su comentario, -que me ha confesado que está enamorado de mí, y te volveré a decir una vez más con el corazón en la mano, le he dicho que tengo novio, y quiero respetarte, basta de tus absurdos celos, ¿eres mi novio no? ¿a qué le temes?

-¡No le temo a nada!

-Entonces deja de comportarte como un tonto que teniéndome cerca trabaja para alejarme de él con celos tontos.

-¡No son celos tontos, Zoé!

-Te estoy siendo sincera. ¿Qué más quieres saber? ¡Pregúntame! Aunque Démian insista no cederé, y no me orilles a ceder. ¿De acuerdo?

-¿Cómo que no te orille a ceder?

-Ugrrr, Tito, -digo entre dientes, -que en vez de invertir tiempo en reclamos deberías invertir tiempo en atención a mí. Demián no será el primero que se enamore de mi teniendo novio, no creo que yo sea la única a la que le gustes, quizá alguien más se interese en ti, pero si paso más tiempo reclamándote y hostigándote con temas como éste, ¿gano algo? ¡No! Eso siempre sucederá, no se puede evitar, pero yo estoy contigo, y valora eso.

Lo mire fijamente a los ojos, tenía la mirada confundida en medio de tanta pregunta. Note como sus labios que temblaban un poco, como cuando alguien está a punto de explotar, trague saliva no sé si había sido muy dura o él no podía comprender lo que le decía, o quizá estaba trabajando su mejor pregunta, termine confirmando la segunda hipótesis.

-Zoé, -extendió su mano cerca de mis mejillas mientras se dibujaba una sonrisa torcida en su boca, intentó jugar con mi oreja pero me sentí cohibida, y suavemente para no causar más problemas, con una mano lo aparte diciendo: "espera". No eran caricias, eran actos que iban acompañados de mensajes que decían: "¡Ay Zoé! si tú me mintieras no sabes de lo que sería capaz".

-No me gusta cómo me miras, cómo me hablas ni cómo estas actuando. Tengo tarea, es mejor que entre a terminarla. -Dije intentando evadir el incómodo momento.

-Solo tengo una última pregunta, -dijo al momento que se puso en pie y me extendió la mano para que lo hiciera junto con él. -Pero quiero que seas sincera.

-Dime, -trague otra vez saliva mientras me incorporaba.

-Demián... -hizo una pausa y tomo mis manos, -Demián, ¿te atrae?

Me paralice por un momento. Estaba entre la delgada línea del suspiro y la asfixia, el grito y el susurro, la paz o la guerra. "Solo responde", añadió para acelerar mi respuesta al notar que los segundos de silencio estaban empezando a hablar por sí solos.

POEMAS PARA ZOÉDonde viven las historias. Descúbrelo ahora