#18 - MONSTRUOSAMENTE PERFECTO.

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No sé cómo pero sé que habla de mí. Intento convencerme de que no es así pero lo sé. Mientras lo pienso, veo los tiempos marcados por el reloj definirse en infinitos lentos. Y él habla, habla tan perfecto, respeta todas las leyes gramaticales, de oratoria y palpitares de mi corazón, y me llueven todas las letras por todo el cuerpo. Se me filtran por las pupilas los sentimientos que en ellas hay. Porque detrás de cada letra hay un sentimiento. Y sigue leyendo y llega al punto de hacerme creer que ha roto la ley de la gravedad para elevarme y colocarme en lo más alto de mi ego femenino. Este tipo es monstruosamente perfecto.
Aún estoy en el viaje que me llevó oírlo leer cuando me mira y levanta las dos cejas, no sé qué intentará decirme este chico que me ha envuelto una vez más en la magia de sus palabras, pero ese leve movimiento lo interpreto como una pregunta, creo quiere saber si ha superado mis expectativas; y realmente lo ha hecho, él con una pluma y papel ha movido más emociones en mí que la mayoría de las personas que lo han intentado con sus actos. Y aún estupefacta atino a asentir levemente con la cabeza. Él sonríe como para marcar su victoria, aún así, no deja de impactarme.

- ¿Nos vamos a casa?- Me dice con su tono de voz burlesca, y con tantas palabras atoradas en la garganta, no sé qué decirle, nunca sé nada con él; una vez más me quedo muda.

Estoy parada en el umbral de la puerta del colegio viendo cómo se van los autos con los estudiantes dentro, Martha y Carolina han salido como una bala jalándome del brazo después de la arrolladora poesía de Demian, bajamos las escaleras riéndonos y cuchicheando cosas de él. Para mi desgracia, no he visto a Demian desde hace más de 10 minutos, esto por obvias razones me pone inquieta, desde que escuché su poema no dejo de sentir como si mi corazón quisiera saltar de mi pecho y comenzar a brincar por toda la explanada del colegio; tal vez es porque este tipo sabe realmente lo que una chica quiere escuchar. O porque sabe poner sus sentimientos en palabras. ¿Sentimientos por mí? Como sea. Lo intento buscar en la multitud de estudiantes que acaban de salir impulsados por el timbre, fallo y me volteo, Carolina me mira sonriente con los brazos cruzados mientras Martha forma un corazón con ambas manos moviéndolas de izquierda a derecha. Pongo los ojos en blanco haciéndole ver que me parece ridícula su acción puberta.

- ¿Qué? ¿por qué pones esa cara, Carolina? Y tú Martha, deja de hacer eso -les digo mientras intento con una mano tocar el rostro de Caro y con la otra separar las manos de Martha para que deje de hacer su deforme corazón. De repente a Carolina se le ensancha más la sonrisa y mira detrás de mí. Demian.

- Hola, club de poetas muertas. -Esa voz. La piel se me eriza, siento como si miles de bichitos me recorrieran el cuerpo, abro mucho los ojos mientras me doy media vuelta y me queda justo enfrenre llevando s mochila en un hombro y sosteniéndola con la mano del mismo. - ¿Qué hacen?

Y ahí está, en todo su esplendor, Demian Quintana, todo sonrisitas coquetas y manos de poeta. Martha sonríe, yo me cruzo de brazos.

- Estábamos hablando sobre Zoé, al parecer su papá no vendrá por ella y queremos ir a comer a algún lado, -explica Carolina mientras me mira como: Dile algo ¿No?

Por una parte quiero que venga, realmente quisiera saber más cosas sobre él, ¿hay acaso alguna mujer que se sienta atraída por alguien y no quisiera saber el montón de cosas casi ridículas que intentamos indagar como su color favorito, qué música que escucha, desde cuando escribe tan bonito y así? Y sobre todo algo que me tiene pensando desde hace unos cuantos días, ¿creerá en Dios? digo, ¿será cristiano? espero que lo sea, pero, ¿por qué quiero que sea cristiano? ¡Zoé contrólate... tienes novio!

- Zoé, Zoé -alguien truena sus dedos frente a mí.

- ¿Sí? -salgo de mi diálogo interno apenada.

- Decían iban a comer algo rápido -interviene Demián.

- ¿Tú también vienes? -Le cuestiono.

POEMAS PARA ZOÉOn viuen les histories. Descobreix ara