T2 Capítulo 5.2: Una victoria amarga

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Tres días habían pasado desde la ceremonia en Canterlot, en donde los diarios publicaron la foto de los seis grandes héroes de Equestria, sin saber que el verdadero protagonista de aquella historia, se mantenía oculto en las sombras, encerrado en su habitación desde que había borrado los recuerdos de sus amigas.

Esa mañana, Spike desayunaba en soledad en la cocina de la biblioteca. Desde que había vuelto de Canterlot, esa era la rutina. Dusk ya casi no salía de su habitación, solo ocasionalmente para buscar algo de comer o para buscar algún libro. Siempre teniendo una mirada triste y sombría, sin escuchar nada de lo que Spike le decía. Y tras Dusk, siempre estaba Sunset Shimmer, quien parecía no dejarlo a solas nunca. Ella siempre iba tras Dusk con una gran sonrisa, como si ambos fueran polos opuestos y Dusk no pudiera sonreír, y Sunset no pudiera dejar de sonreír.

Ni siquiera en las noches Spike podía hablar con su hermano, ya que desde que Sunset se quedaba con ellos, Spike no podía soportar verla, y prefirió dormir en el primer piso. No importaba cuanto se esforzara, Spike no soportaba ver a Sunset. Y ya no era por un temor del pasado, sino por el disgusto e impotencia que sentía al ver a la yegua que había manipulado y engañado a su hermano, y sentir que él nada podía hacer por ayudarlo.

Repentinamente Spike dejó de comer al escuchar pasos en la escalera. Así que se levantó y fue hasta el salón principal, en donde ahora estaban Dusk Shine y Sunset Shimmer, ambos con las mismas expresiones de depresión y felicidad respectivamente que habían tenido en los últimos días.

"Ya terminamos de leer 'Cálculos avanzados para la magia espacio-temporal', ¿Qué te parece si leemos de nuevo 'Historia Equestre de la Segunda Era, Volumen Dos'? Recuerdo que te gustaba mucho la historia antigua." Dijo Sunset con una gran sonrisa mientras guardaba un libro en los estantes de la biblioteca y levitaba otro con su magia.

"Sí... Está bien... Supongo." Dijo Dusk sin siquiera mirar a Sunset o el libro, solo dándose la vuelta para volver a subir a su habitación.

Repentinamente varias voces se escucharon tras la puerta de la biblioteca, hasta que esta se abrió, dejando pasar a cinco yeguas que todos en esa habitación conocían muy bien. Pinkie Pie, Rarity, Rainbow Dash, Fluttershy y Applejack entraron en la biblioteca, riendo y conversando alegremente entre ellas.

"¡Te lo digo! Debes leer el último tomo de 'Amor Prohibido', sino, todos en el pueblo te harán spoiler." Dijo Rarity, sonriéndole a Fluttershy.

"¡Oh! ¡Oh! Te refieres a cuando Clarity salió de la bañera y-" Dijo Pinkie Pie emocionada, siendo silenciada inmediatamente por Applejack.

"Ya te lo dije Pinkie, ¡Sin spoilers!" Dijo Applejack mirando seriamente a su amiga.

"Nah, no sé por qué les gusta tanto de ese tonto comic romántico." Dijo Rainbow Dash rascándose la cabeza. Negando que en secreto ella también era fan del comic de Lyra.

"¡Oh! Hola querido Spike." Dijo Rarity, notando que Spike estaba en la biblioteca junto a otros dos ponies desconocidos. "Lamento interrumpirte, ¿Pero sabes si llegó a la biblioteca alguna copia del último tomo del comic 'Amor Prohibido'? Es que parece que está agotado en todas partes."

"Eh... Yo... C-Creo que alguien lo pidió prestado ayer." Dijo Spike nervioso, mirando de reojo a Dusk, quien solo se quedó congelado, viendo a sus amigas con una cara de sorpresa y dolor.

Al ver que Spike desviaba la mirada, Rarity no pudo evitar ver al potro que él veía, un potro color lavanda al que nunca había visto antes, quien por alguna razón la veía con una extraña mirada.

"Eh... bueno, si no lo tienes, creo que es mejor que nos vayamos." Dijo Rarity, sintiéndose incómoda ante la atenta mirada de aquel potro.

Al igual que Rarity, las otras cuatro yeguas no pudieron evitar ver al potro que acompañaba a su amigo Spike. Incluso Pinkie Pie y Fluttershy recordaban que al parecer él era el bibliotecario del pueblo. Pero más allá de eso, no recordaban jamás haber hablado con él, ni siquiera conocían su nombre. Y más importante, al ver que él las miraba con una extraña mirada de dolor, las hizo sentir muy incómodas, dándole a todas una fulminante jaqueca por alguna razón.

Dusk Shine en busca de la felicidadOnde as histórias ganham vida. Descobre agora