Capítulo 8: Una vuelta por Ponyville

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Los rayos del sol comenzaron a entrar por la ventana de la celda, pasando a través de los barrotes y golpeando directamente el rostro de Rainbow Dash. La yegua lentamente abrió los ojos, dio un gran bostezo y estiró sus patas.

"Hmm... ¡Qué bien dormí! ¡Nada mejor que dormir en una cómoda nube!" Dijo Rainbow Dash con alegría, luego miró a su lado y vio la cama en la que dormía su compañero de celda. "¡Ey, Dusk! ¿Qué tal dormiste?"

"Mmmnngh..." Murmuró molesto Dusk desde su cama, que en seguida se levantó y miró con odio a Rainbow Dash.

El pobre Dusk tenía unas tremendas ojeras y sus ojos estaban muy rojos por la falta de sueño.

"¡Cielos! ¿Qué te pasó? ¿Acaso no dormiste bien?" Preguntó Rainbow Dash inocentemente, lo que hizo que Dusk desviara la mirada aún más molesto.

"Algo así..." Se limitó a responder Dusk, evitando decir la verdad.

Durante los primeros minutos de la noche, Dusk había dormido pacíficamente en su cama, sin embargo en medio de la noche un estruendo lo hizo despertarse. Luego de abrir los ojos, a Dusk no le tomó más de unos segundos darse cuenta que aquel estruendo provenía de su compañera de celda, específicamente eran los fuertes ronquidos de Rainbow Dash que una vez empezaron no cesaron ni permitieron que el pobre unicornio volviera a conciliar el sueño en lo que quedó de la noche. Así fue que Dusk pasó la noche en vela hasta que finalmente Rainbow Dash dejó de roncar, lo que sucedió solo unos segundos antes que saliera el sol, por lo que cuando Dusk finalmente logró empezar a dormirse fue cuando la pegaso despertó e impidió que Dusk lograra el ansiado sueño. Dusk pensó de inmediato en reprocharle por sus ronquidos, pero dada la volatilidad del carácter de Rainbow Dash, Dusk decidió no hablar del tema para evitar otra posible discusión.

"¡Bien! Hora de ordenar la habitación" Habló nuevamente Dusk, levantándose de su cama resignado a no poder dormir.

Ante la atenta mirada de Rainbow Dash, Dusk usó fácilmente su magia para ordenar rápidamente su cama con gran elegancia, en seguida su magia se posicionó en la nube que Rainbow Dash había usado para dormir, luego Dusk usó su magia para levitar la nube, hacerla pasar por entre los barrotes y subirla nuevamente hasta el cielo, que era el lugar que le correspondía.

"Es mejor que nadie sepa que movimos una nube sin permiso para usarla como cama." Dijo Dusk mirando a Rainbow Dash mientras hacia todo con su magia sin siquiera esforzarse.

"En realidad eres hábil con eso de la magia..." Dijo Rainbow Dash mientras se acercaba a la ventana y veía la nube flotar con la magia de Dusk. "¡Jeje! Aunque parece que no tanto." Agregó rápidamente la pegaso mientras seguía mirando afuera.

Dusk no entendió a lo que se refería Rainbow Dash, así que se acercó a la ventana para ver de qué estaba hablando. En seguida Dusk entendió el porqué de la risita de Rainbow Dash. En cuanto Dusk había dejado de levitar la nube, esta había comenzado a caer lentamente al suelo, en vez de quedarse en el cielo como Dusk esperaba.

"¿Por qué no se quedó en el cielo?" Se preguntó Dusk en voz alta.

"Porque está demasiado densa, recuerda que ayer yo la tuve que acomodar para que se quedara a ras de piso." Respondió Rainbow Dash sin darle mayor importancia. "No te preocupes, alguien de la patrulla del clima se dará cuenta, pensará que es una nube de niebla y la volverá a poner en circulación."

Dusk se quedó mirando fijamente la nube, sin volverse a mirar a Rainbow Dash pero escuchando atentamente sus palabras. Aquello que había mencionado Rainbow Dash era algo tan básico, tan fundamental, que él jamás se había puesto a pensar demasiado en ello, pero ahora que lo hacía le parecía asombroso. No importaba lo poderosa que fuera su magia unicornio, el clima y las nubes respondían ante los pegasos, al igual que la tierra y los cultivos respondían ante los ponies de tierra, o dicho de otra forma, tanto los cultivos como el clima respondían ante la magia, pero no una física y visible como la que manejaba Dusk. Esto era enseñado a todos los ponies desde potrillos, pero la realidad era que en Canterlot, una ciudad en la que predominaban los unicornios, él jamás le había dado importancia a eso y solo se había enfocado en estudiar y aprender hechizos nuevos, pero ahora ambas cosas las veía con una gran claridad, y ambas cosas las había descubierto en solo dos días de haber salido de sus estudios en Canterlot y de haber llegado a aquel pequeño pueblito llamado Ponyville, en donde unicornios, pegasos y ponis de tierra vivían en armonía. Esto hizo que Dusk se preguntara: ¿Cuánta magia doy por hecha que en realidad no manejo ni conozco? Magia que solo puedo ver por medio de otros, qué solo puedo alcanzar con la ayuda de otros, magia qué jamás podré lograr ¿estando solo...?

Dusk Shine en busca de la felicidadWhere stories live. Discover now