36| Celos

947 166 97
                                    

«Garret»

Los pensamientos fluctuaron como una danza folklórica, rebosantes de energía, zapateaban sobre la madera de su mente. Sonrió sin querer, emocionado porque, a pesar de que el mundo era tan grande como para no volverse a ver jamás, tenía frente a él a alguien que sí lo conocía.

—¿Tú me conoces? —Garret preguntó emocionado, vibrando de alegría—. ¿De verdad me llamo Garret? Quiero decir… Dios, se siente como si fuera un nombre que en verdad me dieron.

El omega que estaba a unos cuantos metros tardó en prestarle atención, estaba tan pálido que casi pasó por alto el sonido de sus articulaciones al tronarlas, desesperado por arrancarse el malestar. Veía en la dirección donde Tom se había ido, Garret sabía que, a pesar de haberse ido, podía volver en cualquier momento. Se acercó más, quería ver mejor su rostro.

—Disculpa, ¿nos conocíamos antes? ¿Qué quisiste decir con eso? —el omega se mordió el labio inferior y luchó para mirarlo a los ojos, quizá quería llorar…—. Perdona, no recuerdo nada y-

—Tu madre te puso Garret porque dijo que era el nombre de un personaje de una novela que amaba.

—¿Conocías a mi madre?

—No, me contaste sobre eso una noche. Deberías irte, Tom no va a dejarte en paz y ya te lastimó así… Va a matarte.

—Es un Líder y no puede morir —Deny interfirió, se estaba cubriendo la nariz pero cuanto más tiempo estaba ahí, peor era—. Joder…

Alary gruñó.

Fue ese pequeño gruñido el que atrajo la atención de Tom, quien estaba sentado sobre un camión a unos cuantos metros. Garret temió por Deny porque él era un infectado normal y si Tom lo hería no sería bueno para él, Kaz temió lo peor porque no podía controlar el temperamento de Tom ahora que se sentía amenazado. Él no lograba entender que jamás se iría de su lado, no porque tuviera una marca, sino porque no deseaba hacerlo. Pero Tom había visto su pequeño enamoramiento hacia Garret y Kaz tampoco podía negar que, pese a querer ahora a Tom, también había querido a Garret y la diferencia radicaba por desgracia en que Kaz sí se había enamorado de Garret por voluntad. Mientras que con Tom no había tenido otra opción más que aceptar su destino y aprender a quererlo, a amarlo.

Tom en estos jodidos instantes se basaba en su instinto.

—Aquí hay muchos humanos —el omega bajó la mirada—. Si no puedes controlar a tus infectados será mejor que te vayas.

—Vaya, estás desesperado por deshacerte de este chico, ¿no? —Deny dio dos pasos al frente, Garret no quitó sus ojos de Tom, de esa posición tan amenazadora que tenía, dispuesto a defender a su omega—. ¿Qué ocultas? Si nos lo dices nos iremos, ¿qué te parece?

Kaz retrocedió, quizás por seguridad o miedo, pero eso bastó para que Tom se bajara del camión y comenzara a caminar de vuelta hacia ellos.

—Deny, deberías hacerte a un lado.

—¿Por qué? Este humano oculta algo y está tan gordo de ansiedad que no me extraña que haya sido él el culpable de que terminaras así —Deny colocó su dedo índice sobre su pecho, Kaz lo alejó de un manotazo—. Respóndeme, le dijiste que te habló de su madre, ¿no fueron ustedes cercanos? ¿Qué ocultas? ¿Lo sacrificaste para salvarte?

—No… disculpa, ¿podrías alejarte un poco?

—Respóndeme.

Los ojos de Deny comenzaron a tornarse de un color amarillento, las venas verdosas subieron y se hincharon en todo su cuerpo, no era consciente de lo que sucedía y era muy peligroso. Kaz volvió a retroceder.

La Caída de CedraTahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon