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Parece ser que estaba conociendo una nueva faceta de Choso. Una donde actuaba como si fuese una persona común y corriente.

Habíamos pasado a un autoservicio de comida rápida porque el hombre quería una hamburguesa. Terminó comprando dos paquetes: uno para él y otro para mí.

Me sorprendió que buscara aparcar el auto en el estacionamiento del lugar, considerando que hace un par de minutos había pedido los alimentos para llevar.

—¿Por qué aquí y no en la casa? —pregunté cuando ví como empezaba a sacar las cosas de la bolsa de papel. Colocó las gaseosas en el portavasos y desenvolvió la hamburguesa para darle una mordida.

Terminó de masticar con calma, sacó una servilleta con el fin de limpiar sus labios.

—Tengo muchísima hambre —mencionó mientras metía la mano en la bolsa para agarrar un par de papas fritas—. No había comido desde ayer —llevó las papas a su boca después de responderme.

Miré la bolsita que dejó entre mis piernas. Era exactamente igual a lo que él se pidió.

—Entonces no comes a tus horas... —susurré afirmando, no a modo de pregunta.

—A veces no tengo tiempo, Alice —habló después de un rato porque seguía comiendo—. Prefiero llegar a descansar que ponerme a preparar algo.

Recordé cuando me dijo que lo que más le gustaba era estar en cama descansando, debido a que no siempre podía. Una idea se vino a mi mente y no dudé en decirla.

—Si quieres puedo ayudarte en hacer la comida —sugerí de forma amable. Volteó a verme unos segundos, como si hubiese escuchado una broma.

—No lo dices en serio —hizo una mueca por ello. Tomó la gaseosa con el fin de darle un sorbo con ayuda del popote.

—¿Por qué mentiría? Todo el tiempo me hago de desayunar, comer y cenar, puedo hacer para ambos, no solo para mí.

Choso pareció meditarlo un buen rato, la verdad lo dije porque es algo que estaba a mi alcance, entonces no sería una carga.

—Entiendo si no quieres —mencioné queriendo retractarme. Tampoco intentaba presionarlo con la idea.

—Está bien, puedes hacerlo —al terminar, echó la basura dentro de la misma bolsa—. ¿No vas a comer? —me miró extrañado, ya que no había abierto mi paquete.

—Sí, pero no quiero tener un descuido donde termine ensuciando tu auto.

Choso apretó los labios, no tardó mucho en bajar del vehículo e ir a la maletera por algo. Segundos más tarde, regresó con una pequeña manta la cual me entregó.

—Ponla en tus piernas, así no tiras restos de comida en el asiento.

—Gracias —la acomodé en mi regazo para después sacar la hamburguesa—. ¿No quieres un poco? —pregunté antes de morderle.

—Es tuya.

—Lo sé, pero no creo acabarla completa. Además me faltan las papas —sonreí, acercando la hamburguesa a su rostro, tratando de hacer que la mordiera.

No estaba muy convencido e hizo caso. La comisura de sus labios quedó sucia con un poco de mostaza, busqué la servilleta y esperé a que terminara de masticar.

—¿Qué? —preguntó poco después, mirándome con una ceja enarcada.

—Tienes... —me acerqué a él, pasando con suavidad la servilleta en su rostro—. Mostaza —suspiré sin querer, debido a la cercanía que teníamos.

—¡Sí, claro! —respondió con leve ironia, me observó de reojo y pasó sus dedos por la zona donde limpié.

—En verdad, tenías mostaza —relamí mis labios—. No lo inventé.

In The Shadows | Choso (Adapt.)Where stories live. Discover now