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A decir verdad, me sorprendí en como Choso cumplió su palabra de traerme durante toda la semana a la Universidad

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A decir verdad, me sorprendí en como Choso cumplió su palabra de traerme durante toda la semana a la Universidad.

El día de hoy era Viernes, terminaban mis clases y se venía el fin de semana. Algo que me fastidió en estos días fue la actitud de Rebecca.

Desde que Choso me trajo, ella me seguía a todas partes preguntando por él.

Quería pensar que lo que decían en la Universidad de ella era broma, pero sus actitudes me dejaban ver lo contrario.

—Hoy iremos al hospital de Shoko —me recordó Choso.

—A las 11 salgo  —acomodé mi mochila en las piernas, ya casi llegábamos a la escuela.

—¿En punto? —preguntó tranquilo.

—Sí —comenté relajada, hablar con él de forma normal me gustaba, por momentos olvidaba su verdadera naturaleza—. ¿Será posible que pasemos a comprar unas cosas?

—Si no te lleva mucho tiempo puedo llevarte —respondió mientras seguía conduciendo—. Ademas tengo unos pendientes que hacer a nuestro regreso.

—Está bien, igual me tardo media hora por mucho —expliqué, no era tardado lo que tenía que hacer, le daba un aproximado de tiempo para que calculara sus horarios.

—¿A dónde tienes que ir?

—No sé la ubicación pero queda a 15 minutos de la escuela, compraré material para mis tareas —vi que estábamos por llegar y cambié de tema—. Por favor estaciona el auto aquí —le señalé en un lugar alejado del tránsito. Se estacionó sin cuidado y me miró.

—Y bien mocosa ¿Ahora que pasa? —preguntó, el semblante inexpresivo de su rostro me colocó de nervios.

—¡Nada! —respondí rápido, mis nervios me iban a traicionar—. De aquí me voy, gracias por traerme —puso seguro para que no me bajara—. Choso... —susurré con leve queja en mi voz—. Debo irme.

—Hasta que me digas qué demonios pasa, los días anteriores hemos estado bien, sin insultarnos o pelear —comentó sin entender mi repentino cambio.

En eso tenía razón, a partir de que me prometió actuar a la buena y sin amenazarme, puedo tener más pláticas normales con él.

—Es Rebecca —hablé después de un gran suspiro mío—. Toda la semana no me ha dejado ni un momento tranquila desde que te vió ¡Ya no puedo decir tantas mentiras! Ni siquiera recuerdo las mentiras que le dije los días anteriores —respondí abrumada. Evitaba dar información de Choso porque yo sabía lo que era, lo malo de mentir tanto es que no puedes recordar todo.

—¿Qué le dijiste exactamente? —capté su atención.

—Que solo estábamos saliendo —respondí pasando las manos por mi cara,—. Y creo que por eso está demasiado insistente en acercarse a tí —volteé a verlo—. Si vas conmigo de seguro estará en el estacionamiento esperando.

In The Shadows | Choso (Adapt.)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora