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Desperté temprano, de madrugada

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Desperté temprano, de madrugada.

Era lunes y tenía que asistir a la universidad. Normalmente, mi única preocupación sería llegar a tiempo, pero con el incidente de hace días sabía que no podía estar tranquila, fuera a dónde fuera.

Terminé de arreglarme y me preparé algo ligero para desayunar. A estas horas no me daba hambre, pero cuando llegara a la Universidad mi apetito crecería.

Cepillé mis dientes, tomé mi mochila y una botella de agua para el camino.

Salí de casa, aún estaba oscuro, solo que por primera vez había algo que me daba más miedo que la oscuridad: mi vecino.

Cerré mi puerta sin hacer ruido, de puntas caminé hacia la acera; lo que menos quería era que el loco me escuchara.

—Camina bien —dijeron a mis espaldas y di un brinco del susto—. ¿Te vas tan pronto?

Volteé y lo vi recargado en el pórtico de mi casa.

—Yo... —no sabía qué decir.

Me sentía como si me hubiesen atrapado haciendo algo malo; lo peor es que no lo estaba haciendo.

—¿Acaso estás huyendo o algo parecido? —lo miré con detenimiento.

—Voy para la Universidad, no estoy huyendo —expliqué con cierta obviedad. Él se quedó pensativo y guardó las manos en sus bolsillos.

—Ven, te llevo —caminó hacia su auto que estaba estacionado frente a su casa.

—No hace falta —contesté rápido.

Detuvo su andar y volteó a verme.

—No te estoy preguntando —suspiré resignada para después seguirlo. No me acerqué mucho y me quedé parada a un lado del auto—. ¿Qué no tienes manos? —preguntó de mala forma—. ¡Abre la puerta y súbete!

Abrí la puerta trasera, pero su mano volvió a cerrarla. Estaba parado a mi lado, viéndome con enfado. Él tomó mi muñeca y rodeamos el auto. Abrió la puerta del copiloto y me dio un empujón para que subiera.

—Puedo hacerlo sola —respondí bajo.

—Parece lo contrario —esperó a que subiera y rodeó el auto de nuevo para subir del lado del conductor—. ¿En dónde estudias?

—Creí que ya lo sabías —hablé cortante.

—Todavía no llega tu información —contestó—. Mocosa, si te llevo es porque necesito hablar contigo. ¿Dónde estudias? —replicó menos amable que la vez anterior.

—En la Universidad de Nebraska, Lincoln —susurré.

Sacó su celular para buscar la ubicación. Cuándo la encontró encendió el auto y manejó hacia allá.

Me giré dándole la espalda, viendo hacia la ventana, al principio íbamos en completo silencio hasta que él habló.

—El fin de semana voy a salir de la ciudad —anunció.

In The Shadows | Choso (Adapt.)Where stories live. Discover now