35

559 78 30
                                    

Choso

Dejé que Alice abriera el preservativo, con mi pulgar acariciaba su clítoris sin dejar de meterle los dedos.

—Te he dicho que no te contengas —hablé al ver sus labios apretados—. Quiero escucharte.

Los labios de Alice se abrieron para comenzar a soltar dulces gemidos, haciendo que mi miembro reaccionara ante tales sonidos.

Recargó su frente con la mía, concentrándose en lo que estaba sintiendo. Las manos de mi chica llegaron a mi pantalón liberando mi miembro, lo envolvió con sus pequeños dedos, subiendo y bajando la mano un par de veces para después colocar el condón.

Terminé de tocarla para sacar mis dedos y hacer a un lado su ropa interior.

—Levántate un poco —le ordené pudiendo alinear mi miembro en su entrada—. Ahora baja lentamente —indiqué.

Poco le importó mi indicación porque se dejó caer, ocasionando que la penetrara completamente.

—¡Mierda! —exclamé por el repentino movimiento, su interior se sentía estrecho por lo cuál terminé liberando un gemido.

Quería follarme a Alice de la manera más cerda posible, en mi cabeza rondaban tantas posibilidades, recordé aquella vez que me vine en su rostro mientras ella mantenía esa carita de inocente y después se tragaba algo de mi semen por puro gusto.

Cerré los ojos ante tal recuerdo y posé mis manos en su pequeña cintura. Se había puesto un lindo vestido floreado, el cuál le llegaba arriba de las rodillas.

Si por mí fuera, le habría tratado de manera brusca la primera vez que tuvimos sexo, pero el que no tuviera tanto conocimiento del sexo, me hacía querer enseñarle de todas las maravillas que se estaba perdiendo y ser delicado con ella.

Siempre he sido yo quién quiere llevar el control, ahora me estaba dando la oportunidad de permitir que una mujer llevara el ritmo, después de todo no era tan malo como creí, ya que no sabía lo que pasaba por esa cabecita suya.

Presté atención cuando colocó sus dedos en los 3 botones de su vestido, desabrochó uno a uno dejándome ver partes de sus pechos gracias al escote.

Comenzó a saltar y mi agarre en sus caderas se afirmó para poder ayudarle. Los brincos que daba, hacían que sus pechos rebotaran frente a mí. Si había algo que me gustaba de Alice eran sus senos, mi parte favorita de su cuerpo sin dudar. No los tenía ni grandes ni pequeños, sino del tamaño perfecto para abarcarlos con mis manos.

La detuve un momento antes de llevar mis manos a su vestido, lo bajé de un lado y con fuerza, junto al sostén, dejando libre uno de sus senos. No esperé más y lo metí a mi boca, succioné con un poco de fuerza logrando poner su pezón erecto. Llevé mis manos a sus nalgas con el fin de moverla de adelante hacia atrás.

Alice colocó las manos en mi cabello para que no me separara de su pecho, soltó un fuerte gemido e involuntariamente sus paredes se contrajeron provocándome un gruñido.

—Vuelve a hacer eso —hablé, separándome unos centímetros de su pezón.

Pareció no entenderme, pasó sus manos nuevamente por mi cabello y reí con ganas.

—No, mocosa, me refiero a que vuelvas a contraerte y apretar alrededor de mi pene —la miré al rostro. Sus mejillas se pusieron rojas por mi comentario que lograron avergonzarla—. No pasa nada si no sabes hacer... —no terminé de hablar cuando sentí como volvía a hacerlo—. Así, justo así preciosa —se inclinó un poco para besarme y puse mis manos en sus mejillas con la intención de profundizar el beso.

Nos quedamos un momento besándonos y mis manos bajaron lentamente hasta colocarse en sus hombros, tomé el otro tirante del vestido y del sostén, los bajé sin cuidado, dejando completamente expuestos sus dos senos.

Relamí mis labios al verlos, la respiración de Alice de por sí ya era un poco agitada y eso solo me hacía calentarme más. Con mis manos atrapé cada uno de ellos y comencé a masajearlos a mi antojo, mi pequeña hizo su cabeza hacia atrás, recargándose en el volante y permitiéndome hacer lo que quisiera con ella. Ocasionalmente besaba su cuello sin dejar de acariciarla

Alice movía lentamente sus caderas ya que en ningún momento saqué mi miembro de su interior.

Me alejé un poco de ella para verla: tenía el vestido enrollado en la cintura, sus ojos estaban cerrados y sus labios levemente abiertos. A pesar de eso, la dulzura que emanaba me hacía desearle más.

—Choso... —susurró sin abrir los ojos—. No pares, por favor —pidió de manera suplicante y no pude evitar sonreír al saber que yo era el causante de tal reacción.

—Mirame preciosa —le pedí y se acomodó mejor en mí—. Sígueme montando un rato y luego yo me encargo de tocarte el tiempo que quieras.

—Pero si pasa alguien y... —llevé mis dedos a sus labios para hacerla callar.

—¡Shhh! —pronuncié despacio—. No va a pasar nadie, he estado al pendiente de ello —aseguré porque no estaba mintiendo—. No dejaría que alguien te viera desnuda.

Odiaba tener sexo en lugares públicos o con fisgones de por medio, en esas cuestiones soy bastante reservado porque no me gusta que vean lo que hago. Estaba haciendo una excepción con Alice ya que el lugar donde nos encontrabámos no transitaba nada de gente, además con esto podía cumplir con mi fantasía de hacerlo en mi auto.

—Está... está bien —respondió segundos después, comenzando a saltar en mí. Dejé mis manos en sus caderas enterrando mis uñas que seguramente dejarían marca.

Me dediqué a verla, mi mirada recorría cada centímetro de su cuerpo, su piel comenzaba a verse brillosa a causa del sudor. Detuve mi vista en sus pechos ¡Maldita sea! Cómo me deleitaba verlos moverse. Un par de mechones de cabello cubrían su rostro y eso la hacía ver tan jodidamente sexy.

¡Qué bonita mujer tenía encima mío!

Esta mocosa iba a ser mi perdición, debía aprovecharme lo mejor que pudiera de la situación ya que en el momento que decida marcharse al menos yo haya logrado disfrutar de ella.

Tenía la solución con la cual arreglar ese problema: enamorarla iba a ser muy sencillo, pero hacer que se quedara conmigo... No.

Esa era la parte complicada.

Aunque en el fondo, me alegraba que Alice no tuviera intenciones de largarse.

Aunque en el fondo, me alegraba que Alice no tuviera intenciones de largarse

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
In The Shadows | Choso (Adapt.)Where stories live. Discover now