ADAPTACIÓN
Las malas decisiones te llevan a cometer actos atroces pero... Siempre hay una luz al final del túnel.
-Historia original.
-Los personajes pertenecen a Gege Akutami
-Lenguaje y contenido explícito
-Historia desarrollada fuera del mundo d...
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Afortunadamente, no vi a mi vecino durante toda la semana.
¿Me mandaba mensajes? Sí, a diario, recordándome que no abriera la boca.
Empecé a sospechar que realmente no había nadie vigilando lo que yo hacía, porque si así fuera, entonces no debería estarme mandando textos a cada rato.
La semana de clases terminó. Llegué a casa para cambiarme antes de comer, miré por ratos la ventana y su casa se veía vacía.
Todos estos días estuve pensando en entrar con el motivo de buscar algo que lo comprometiera, así podría también yo amenazarlo y estar parejos en la situación.
Lo que quería lograr era que dejara de amenazarme a cada rato. A pesar de que dijo que no lo haría, esos mensajes diarios me decían lo opuesto.
Después de hacer mis cosas, salí de casa rumbo al trabajo. Antes de irme miré a mi alrededor y caminé con discreción a la casa de al lado.
Rodeé la casa, miré las ventanas y traté de ver si alguna estaba sin seguro, tuve mala suerte porque estaban cerradas.
Regresando del trabajo, revisaría la parte de en frente y la cochera. Coloqué mis audífonos y escuché música durante todo el trayecto.
En la cafetería tuvimos más trabajo del que esperábamos, acabé agotada y me regresé en transporte a mi casa. En el recorrido miré mi celular y tenía mensajes de él.
~~~~ Choso ~~~~
~No hagas nada estúpido 11:01 pm
~Por favor ve directo a tu casa 11:02 pm
~~~~~~
«Cree que puede decirme todo el tiempo qué hacer, pero ¡está muy equivocado!»
Me aproximé al vecindario, me detuve al ver las luces prendidas y la puerta entreabierta de la casa de mi vecino: ya había llegado solo que no estaba el auto.
Caminé hacia su casa y entré con cuidado de no ser imprudente como la vez anterior.
—¿Choso? —hablé bajo. Si estaba en el sótano era la oportunidad perfecta para revisar el primer piso de su casa e intentar conseguir pruebas.
Mi teléfono celular comenzó a sonar y brinqué: una llamada entrante de él.
