olvidarlo todo

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Emma

Con Vane llegamos al acuerdo de que yo saldría con mis amigas y ella se quedaría bebiendo tequila con Ana, para así olvidar un poco lo que estaba ocurriendo, lo cual a mí me pareció una idea maravillosa. Cada una en su ambiente. Mi chica me prestó su coche así que hice la ruta hacia el lugar lo más rápido que pude y en cuanto llegué me encontré con mis amigas pero les dije que se adelantaran, que yo iba a hacer unas llamadas y luego iría.
Busqué mi móvil entre mis cosas y le marqué a Matías mientras buscaba dónde estacionar el coche.

–dime, mi amor– respondió al otro lado de la línea.

–hola tonti ¿Cómo va todo por allá?–

–si me preguntas por Lucia, te cuento que está bien, tuvimos unos problemas con la anestesia pero administramos otro medicamento y ya está bien. Despertó durante la tarde y ha preguntado todo el tiempo por ti–

–¿Le dijeron que fui yo la que realizó la operación?– pregunté entusiasmada.

–si, obvio. Si solo quería saber de ti, le dijimos que estuviste en quirófano con ella y se puso feliz. Una coqueta como siempre– reía Matías– ahora igual debemos realizarle análisis y nuevamente va a quedar en psiquiatría, ella no quiere, se niega a firmar–.

–igual si lo pensamos bien lo mejor sería que ella se quede en psiquiatría, ya sabemos que el problema allí es su madre, entonces en la recuperación yo prefiero que esté lejos de ella. ¿Está cerca?–.

–voy donde ella y tú le dices por teléfono, estará encantada de escucharte– reía Matías –muy encantada.

–si, búscala y me llamas–.

–no cortes, voy corriendo–

Veía como la gente entraba al lugar, mientras yo me miraba en el espejo y sacaba mi labial rojo para poder retocarlo.

–holii Emmita– la voz de Lucía se escuchó al otro lado del móvil.

–hola, corazón ¿Cómo estás? ¿Cómo sigues?– pregunté.

–bien, me han tratado bien tus amigos. Estoy llena de máquinas y cosas, pero estoy bien, creo que lo peor ha pasado–.

–¿Te han dicho lo de psiquiatra?–pregunté.

–si, pero no quiero, yo quiero volver a casa... Hoy me he perdido el concierto de la zowi–dijo con lástima.

Reí bajito, ella siempre ha tenido sus prioridades claras, le encantaba ir de conciertos y fiestas.

–pero igual te tienes que quedar un tiempo allí en el hospital, tienen que hacerte algunos análisis ¿Por qué no has aceptado hacerte los análisis?–

–porque tu no estás–.

–¿Y si te mueres?–pregunté entre risas.

–pues, me morí esperándote–.

–oye, que tengo cosas que hacer por eso te he llamado, para que aceptaras lo de los análisis y lo de psiquiatría-.

–acepto que vengas, bonita–.

–Lucía, por favor– pedí– acepta y deja que te hagan los análisis ahora, es para verificar que todo saliese bien y que no tengas nada más, debes darte cuenta que has llegado con un peso muy bajito del ideal–.

–ven, Emmita, porfis... Me da miedo estar aquí porque no conozco a nadie–.

Me quedé unos segundos en silencio. Mis planes eran ver a la zowi, pero Lucía no se podía quedar así.

–voy para allá–.

Vanesa

–ha repetido el mismo patrón– aseguró Ana mientras bebía un shot de tequila.

ESTA VEZ SÍ Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ