Cita

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Vanesa

Con sólo escuchar el "estaremos allí para tu concierto, luego podemos ir a cenar con inma" el mundo me dió vueltas.

No le había dicho, esa era la verdad, mi madre sabía que con inma teníamos problemas y decidimos darnos un tiempo, eso fué lo único que yo le expliqué. Había tanto que decir y allí recordé el día del hospital, ese día donde llegaron a ver como estaba, donde llegó mi madre preocupada intentando ser una  "madre ejemplar", pero la verdad era distinta, le gusta controlarlo todo, le gusta que se haga lo que ella diga y es capaz de hacerme pelear con Emma por malos entendidos.

Colgué la llamada y una especie de miedo recorrió mi cuerpo, justo en el momento donde estiré mi brazo y lancé lo primero que encontré a mi lado. El macetero.

-joder - grité mientras tiraba mi móvil y seguido de esto caía yo al suelo.

Sentí como en mi pierna derecha corría algo caliente y dolía, pero no le di importancia, mi cabeza daba tantas vueltas que no podía pensar en nada más.

-vane - escuché la voz de Emma tras de mi.

Abrí los ojos y ella caminó hasta quedar frente a mi, allí estaba ella, tan perfecta, tan tranquila y con tanta seguridad para darme que no pude aguantar mis lágrimas y comenzaron a caer.

-tranquila- susurró mientras me abrazaba - debo levantarte de aquí- habló calmadamente mientras pasaba sus manos por debajo de mis piernas para cargarme.

-Emma, puedo caminar - hablé entre sollozos.

No me hizo caso y me llevó hasta el sofá donde seguía candela quien soltó rápidamente su guitarra y se acercó a mí. Emma se alejó de nosotras y volvió con el mismo bolso del otro día, del día de las inyecciones.

-esto te va a doler un poco-habló bajito mientras dejaba un beso en mi frente para luego sentarse en el suelo y comenzar a sacar gasas.

No entendía de que hablaba, yo seguía sumergida en el "luego podemos ir a cenar con inma".
¿Mi madre pensaba que habíamos vuelto? ¿Que con el accidente de mi hombro ella se apiadó de mi y decidió volver a cuidarme? Cuando la persona que estaba atenta a mi era otra, la misma que ahora mismo estaba poniéndose guantes quirúrgicos.

-vane ¿me escuchaste? - preguntó Emma quién ahora tenía unas pinzas en la mano.

-lo siento... No te escuché- dije sintiéndome mal.

-tranquila, decía que voy a sacar los cristales que hay en tu pierna, necesito que te estires en el sofá ¿no importa que lo moje? -.

Negué con la cabeza y miré como dejaba toallas debajo de mi pierna y luego dejaba las pinzas y otras cosas sobre las toallas.
Miré a mi lado y allí estaba candela sosteniendo mi mano izquierda en el intento de ayudarme a mantener la calma.

El silencio se apoderó de la sala, Emma abría una pequeña botella de suero y limpiaba mi herida y la sangre que salía de esta para dejar a la vista pequeños cristales, que solo ella lograba ver, con una concentración brutal comenzó a sacarlos con la pinza : un cristal, suero, mirada directamente a mis ojos, sonrisa, otro cristal, suero, mirada directamente a mis ojos, sonrisa. Ese era el orden que seguía.

-este es el último, el cristal grande que rompió en mil pedazos cuando te tiraste al suelo- dijo mientras los envolvía en una gasa y luego mojaba otra gasa con suero para limpiar del todo mi herida - es pequeña, comprada con lo que he visto, se va a sanar solita-. Se sentó a mi lado y me dejó un pico en los labios.

¿Y qué pasaría si esto se acaba? Me preguntaba mientras yo misma me acercaba nuevamente a sus labios, porque la necesitaba, siempre necesitaba de ella y siempre quería más.

ESTA VEZ SÍ Where stories live. Discover now