Eso Va A Cambiar

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Emma

-¿recuerdas esta habitación?... 200, un número muy elevado. Suelo trabajar desde la habitación 1 hasta la 100, pero me tocó entrar a la habitación 200, "María Martín" me dijo un amigo y supe instantáneamente que eras tu. Con solo entrar a la habitación me perdí en tus ojos, me quedé sin saber que hacer, pero a la vez quería trabajar bien, quería mantener mi excelencia. Pero no pude, me salí del acuerdo, te di mi número y dormí en esta habitación, sentada en el sofá que esta frente a ti, el primer beso también fué acá, dentro de esta habitación. un amor naciendo entre cuatro paredes - dije esta vez caminando hasta la camilla y sentandome, para quedar chocando mi espalda con la suya - pero luego todo salió de las cuatro paredes y comenzamos a vernos fuera, allí terminé de perderme en tu forma de ser, pero ¿sabes? No me gusta que creas que me gustas por lo que tienes, a mi me gustas tú, lo idiota que eres al despertar, tu sonrisa de cada vez que no sabes qué responder o cuando tienes demasiada emoción, de hecho estoy segura que estás sonriendo como una boba ahora mismo - dije mientras buscaba su mano izquierda - las mañanas contigo y el encuentro de Gemma, tan espontáneo, pero tan importante, así como tú, así como esto... Nació espontáneamente, pero es muy importante, tanto que la ansiedad me ha ganado y decidí traerte al pasado, no tan lejos, pero si lo suficiente para que recuerdes el primer día. Muchas veces volver al pasado es bueno, pero quedarse allí no lo es, hay que dejarlo ir... Y ahora mismo estoy dejando ir el pasado, todo, para pedirte a ti - esta vez me levante y me paré frente a ella, mirándola a los ojos y viendo como las lágrimas caían de su rostro, tomé sus manos y continúe - que creemos recuerdos nuevos, que vivamos como si fuera el último día, porque la vida es muy corta y nadie sabe que puede pasar mañana, no me quiero quedar con las palabra en la boca, con el te quiero en la punta de la lengua pidiendo a gritos salir y por eso necesito preguntarte algo... Vane ¿Quieres ser mi novia? - pregunté mientras sacaba un anillo de mi chaqueta.

Vane mordía su labio mientras me miraba atentamente, seguía moviendo sus piernas, hasta que abrió la boca para al fin decir algo.

-Emma... - habló y su voz se quebró - si, si quiero - dijo mientras secaba sus lágrimas.

Me acerque suavemente a ella y seque yo misma sus lágrimas, mirándola a los ojos y mirando su sonrisa.
Sus labios buscaron los míos con pasión, con posesión. Su lengua se abría paso sin ningun impedimento, mientras yo enredada mis manos en su cabello, que hoy estaba más alborotado que de costumbre, hoy sus ojos brillaban y sus labios tenían un color rosado perfecto.

-te amo y demasiado, Emma - susurró cuando yo me alejé de sus labios para ponerle el anillo.

Este lo había comprado el día que fuimos solas con mi madre al hospital a ver a mi padre, la convencí y decidió acompañarme, cuando entramos vi un montón de anillos iguales, ninguno me gustaba, hasta que en un extremo vi un anillo de oro, lleno de diamantes pequeños de color blanco y en el centro uno más grande, del mismo color. Imaginé a vanesa con el anillo y decidí que era el indicado, desde ese día lo tenía guardado en mi chaqueta.
Y cuando comencé a pasarlo por su dedo, quedaba mejor que como lo imaginaba.

-dios- susurró- podría decirte un montón de cosas ahora mismo, pero no me llega ninguna palabra, no sé que decir - dijo tirando de mi vestido para que quedara donde ella estaba.

-tu me insististe en que te pidiera ser mi novia y mira - dije mostrándole su anillo - lo eres y yo no puedo más de felicidad. Aunque no lo creas, llegaste para hacerme creer en el amor - confesé sentandome a horcajadas sobre ella.

Ella no dijo más nada comenzó a bésarme y quemarme con sus labios, con esa fuerza tan propia de ella. Mis manos tiraban de su cabello y las suyas se aferraron a mis caderas, apretando fuertemente, mientras movía suavemente sus caderas, queriendo crear un contacto con dobles intenciones. Mordí sus labios mientras ella intentaba alejarse de mi para bajar a mi cuello, el ambiente estaba subiendo de intensidad y moría por hacerla mía, pero allí no, con mucha fuerza de voluntad me levante y la tomé de la mano.

ESTA VEZ SÍ Where stories live. Discover now