Suegros, Suegros

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Emma

Esa indirecta muy directa que susurró me dejó con la duda, la del ¿Qué pasaría si me mudo con ella tan pronto y lo nuestro no funciona?.
No quería generar un cambio brusco en candela y sé que Vanesa me entendería, tener una hija hace las cosas un poco más difíciles, pero nunca imposible.

-vane, candela debe adaptarse y si esto no funciona ¿Qué haremos? - pregunté mientras caminábamos hasta el coche.

-intentarlo y seguir intentándolo, ¿tu te rendirías así de fácil? Porque yo no - dijo mientras se adelantaba y se subía en el lado del conductor.

Hicimos nuevamente el camino hasta su casa, pero antes pasamos por gemma, cuando llegamos dejamos en la sala todo lo que habíamos comprado y subimos a la habitación de vane. Ella se envolvió en las sábanas mientras yo me sentaba a su lado acariciando a Gemma.

-¿Podemos hablar de lo que ocurrió? No quiero dejarte con la duda, ni con culpa - dije mientras ella se acomodaba hasta quedar boca abajo.

Su cabello adornaba su espalda desnuda y no lo pensé dos veces, me quité la camiseta y el sujetador para acostarme sobre ella, mis pechos quedaron contra su espalda sintiendo su calor, mientras apoyaba mi cabeza en su hombro.

-si te sientes incomoda con eso, no lo hagas, no quiero que te sientas obligada - respondió en total relajación.

-te lo contaré. Mi ex, el padre de candela, un día llegó con la botella de alcohol más fuerte que encontró diciendo que "debíamos celebrar" la verdad, aún no se qué era lo que el necesitaba celebrar. Yo bebí moderadamente y luego subí a la habitación porque debía despertar temprano al otro día, me dormí y por la madrugada sentí un dolor fuerte en mi entrepierna, desperté y allí estaba el, movía sus dedos fuertemente en mi, y luego cuando vio que ya estaba despierta tomó mis muñecas para forzarme... Se volvió costumbre, y cada vez que lo hacía me amenazaba con que si yo terminaba con el no podría estar con nadie más, que era capaz de hacerme la vida imposible. Cuando terminaba de hacerlo él sentía culpa, claro, culpa de verme llorando y temblando de miedo, así que comenzaba a pasear sus dedos por mi cuerpo, en un intento de dar caricias de amor, aunque eran caricias que dolían más que lo que el hacía, me dolía tenerle miedo, me dolía pensar que en algún momento pude confiar...-Vanesa me interrumpió cuando sintió unas lágrimas mías ver en su hombro.

-eh! Cariño, tranquila, estas temblando - susurró mientras suavemente se daba vuelta para dejarme en sus brazos - estas bien, estas acá conmigo y lograste salir de esa relación , aunque siendo sincera no sé cómo lo has logrado ¿Cómo desapareció de tu vida? - pregunté.

-con el nacimiento de candela, no quería que lo vieran conmigo, no quería tener una hija, ni darle el apellido, me repitió siempre que yo era una cualquiera y que mi hija jamás iba a llevar su apellido porque sería una ofensa a su familia, a la cual ni conocí - expliqué.

-eres muy fuerte, y mucho. ¿Recuerdas esa noche que me susurraste antes de dormir "vane, te admiro demasiado" luego de que habláramos de mi gira y de todo eso? - preguntó a lo que yo asentí - pues, yo te admiro a ti y mucho más, por ser fuerte, por lograr pasar una página y perdonar, porque no hablas con rencor, Emma, hablas con calma, como si le hubieses perdonado el hacer de tu vida un infierno. Admiro todo de ti y sobre todo admiro la forma en la que esa sonrisa a pesar de todo no se borra - dijo mientras me aferraba a sus brazos, besando mi mejilla.

-te amo - susurré.

-y yo, te voy a extrañar mucho hoy - dijo mientras yo intentaba sentarme a horcajadas sobre ella - no vamos a dormir juntitas, ni vamos a pelear por las sábanas -.

-podrías quedarte en casa, recuerda que mi padre quiere asar carne, solo para poder conocerte. Mi hermana va a estar entreteniendote con todos los discos que tiene tuyos y candela, pues... Candela estará preguntándote si estás lista para el concierto de Vanesa Martín - rei mientras jugaba con su flequillo.

ESTA VEZ SÍ Where stories live. Discover now