Recuerda Que Estamos Solas

1K 62 5
                                    

Vanesa

La distraje por tanto tiempo haciéndola hablar de su miedo a la oscuridad que no se dió cuenta del camino que había tomado, el de retorno a casa, su casa.

-llegamos - dije mientras estacionada el coche.

-vane, es mi casa - reía Emma sin entender.

-claro, nuestra cita es acá. No he planeado algo super guay, eso créeme, no he cocinado nada, y he pedido sushi... Pero creo que te puede gustar- dije disculpándome por no hacer maravillas, esas que se merecía.

-mientras estés tú, todo es perfecto- desabrochó su cinturón y se bajó del coche.

Con la emoción de una niña pequeña buscó en su bolso las llaves, pero no dedujo que las tenía yo, reí desde atrás y las dejé en sus manos.

-todo tuyo -.

-¿toda mía? - preguntó con cierta picardía.

-desde el primer día...-.

Abrió la puerta y en la mesa estaba el sushi que le prometi antes de entrar y una caja rectangular, la casa tenía rosas en los floreros, un toque que yo necesitaba tener en casa, las flores nunca faltaban, Emma no era de comprar flores porque no tenía tiempo de cambiarles el agua, ni comprarlas, así que decidí que yo sería la encargada de mantener las flores y el color en la vida de Emma.

-uyy- gritó mientras entraba directa a atacar lo que había.

-pensé en llevarte a un lugar costoso, pero lo tuyo no es eso, tu eres más de casa, y bueno... - tomé la caja rectangular y se la entregué

La caja era morada, solo tenía un lazo dorado para tapar lo que decía en la caja, ella lo abrió y me quedó mirando, una mezcla de "como se te ocurre darme esto" y "es lo mejor del mundo".

-¿es de... - preguntó.

-si, es de oro - respondí sacando la rosa de su caja para dejarla en sus manos.

Era una rosa de oro, pero no era sólo eso, tenía una historia detrás, o más bien, tenía el inicio de una historia...

-quiero que la dejes en tu mesita de noche, que siempre busques algo en ella, aunque no encuentres nada, y cuando no encuentres nada en ella, llámame, yo te ayudaré a encontrar lo que esta rosa esconde ¿está bien? -. Pregunté.

-¿Vas a fundir la rosa para hacerme un anillo de compromiso? - preguntó Emma entre risas.

-la verdad, no, la rosa tiene secretos y mucha historia. Es como el verdadero amor, que se alimenta de historias, besos y caricias, si es fuerte nadie lo rompe, ni la distancia ¿no crees? - pregunté mientras buscaba dos copas y abría el vino que había en la mesa.

-creo que el amor, al igual que el hilo rojo, puede estirarse, alejarse... Incluso puede irse de gira y jamás se va a romper - su risa suave inundó la sala.

Cuando las copas estaban servidas le entregué una a ella, alcé la mía sin decir absolutamente nada y ella chocó su copa con la mía, dejando que sonaran suavemente. Bebí todo el líquido hasta dejar la copa vacía.

-a ti lo de tu madre te ha afectado y no me digas que no - habló bajito Emma, intentando mantener la calma y la serenidad que teníamos en la sala.

Comenzó a caminar hacia un escritorio que había en la sala y sacó una cajita pequeña de color verde.

-te voy a poner esto en la mejilla, es para que mañana no siga roja, ni morada ¿vale? -.

No me dejó responder nada, mientras jugaba con la copa en mi mano, me acerque a ella para que hiciera lo que hace segundos me había dicho, en silencio escuché como la crema salía y quedaba en los dedos de Emma.

ESTA VEZ SÍ Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt