Bueno, Pero Tenemos Una Hija

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Emma

Su ceño estaba fruncido, sabía que estaba pensando seriamente en su respuesta.

-Emma, un tatuaje es para siempre ¿lo sabes, verdad? - preguntó mirándome.

-si, lo sé, por eso te digo, quiero un tatuaje contigo - pedí haciendo pucheros mientras cruzaba el cinturón para abrocharlo.

-nunca me han gustado los tatuajes de parejas -.

-no te pido que te tatues mi nombre en la frente, bueno, podrías, si total el flequillo lo taparía. Pero solo te pido, no sé, un corazón tu y uno yo ¿Qué dices? - pregunté.

-olvídalo, no me voy a hacer un corazón, que moñas- reía mientras se llevaba gominolas a la boca.

-una frase -.

-quizá -.

-mi nombre!!! - reí mientras comenzaba la ruta.

-¿y dónde? - preguntó riendo.

No dije absolutamente nada pero bajé mi mirada a su sexo y sonreí.

-idiota - reía vane mientras miraba hacia atrás para ver a candela.

-¿qué dices? -.

-obvio que no -.

-pero sería muy bonito - hice pucheros mientras llevaba mi mano a su pierna.

Ella comenzó a cambiar la música y comenzó a sonar "tu refugio", movió su asiento hasta atrás y allí se quedó.

-con está canción te besé - dije bajito.

-lo hice yo - hablaba muy diva ella.

Y el camino fué solo pelea para saber quien le dió el beso a quien, yo estaba segura que yo misma me lancé a sus labios, pero ella insistía en lo contrario.
Cuando llegamos al lugar comenzaron mis nervios, miré a vanesa intentando pedirle un beso y las fuerzas para entrar al lugar.

-no, ahora entras como la adulta responsable que eres - reía Vanesa mientras se adelantaba a entrar junto a cande.

Cuando entré, hablé con camila sobre lo que sería mi tatuaje y el lugar específico que cubriría, y pasé a la camilla, moví el tirante de mi sujetador y quedó la cicatriz visible.

-eso va a doler de puta madre - susurró vane acercándose lentamente hacia mis labios para dejar un pico.

-no creo que duela más que todo lo que viví... - susurré.

-tienes razón - sus labios bajaron a mi cicatriz y dejó un beso allí, justo en medio, para luego alejarse.

Cami entró con el diseño ya listo y lo traspasó a mi piel, me levanté de la camilla y lo miré al espejo, era tal y como lo quería, así que solo asintiendo le pedí que siguiera con lo suyo.
Cuando las agujas comenzaron a enterrarse en mi piel, el dolor era nulo, porque sabía que desde ahora todo sería bueno, dejaría atrás lo vivido y quedaría plasmado en mi piel que puedo florecer cuantas veces sea necesario y mucho más ahora que se suma una nueva razón para ser feliz, una de ojos verdes y risa contagiosa.

Miré a Vane y a candela quienes estaban muy atentas mirando como las agujas entraban y salían, a la vez se susurraban cosas y reían.

-¿duele, mamá? - preguntó candela acercándose un poco más.

-no, no duele - respondí mirando sus ojos brillantes.

-¿Podemos ir por un helado? - preguntó mirando a Vane.

Reí flojito al ver cómo vane salía de sus pensamientos y asentía sin saber que es lo que había aceptado.

-vane, un helado - dije riendo.

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