Cole De Cande

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Vanesa

Sentía sonar el móvil a lo lejos pero no podía despertar, daba vueltas por la cama intentando ignorar el sonido, hasta que este dejó de ser una molestia.

Estábamos de vuelta en Madrid, decidimos ir a mi casa y en cuanto llegamos solo cenamos y nos fuimos a dormir, ya que mis dos chicas volverían a su rutina. Emma estaba emocionada por lo que le esperaba en el hospital, pero cande no quería volver a la escuela, durante la noche inventó mil excusas: que le dolía el estómago, que tenía temperatura. Pero ninguna funcionó y desde temprano Emma la tenía vestida y peinada, lista para ir a dejarla.

—igual deberíamos dejarla descansar hoy y mandarla mañana— dije mientras le preparaba el colacao a cande.

—si, mamá. Yo descanso hoy con mami vane— cande hizo el intento de volver a la habitación pero Emma la detuvo a medio camino.

Desayunamos con cande haciendo morritos y ojitos que dejaban mi corazón blandito.
¿Qué pasaba si la iba a retirar en cuento Emma la fuese a dejar?.
No, Vanesa, cande tiene que estudiar, ha faltado casi dos semanas por tu culpa.

—¿las puedo ir a dejar?— pregunté mientras le dejaba pequeños picos en los labios a Emma.

—me estas persuadiendo, pero no me quejo eh— reía bajito Emma.

—eso es un "si, amor mío" o un "si, vanesita" o "no quiero, pero ya que insistes"— pregunté sentandome en sus piernas.

—dice que si, vane— respondió Cande tirando de mi mano para que le prestara atención.

Obligada me levanté de las piernas de Emma y le presté atención a Candela, le até los cordones de sus converse negras y limpié los rastros de la tostada que había en su mejilla.

—¿me vas a ir a buscar, mami?— preguntó.

—claro, en cuanto tu salgas yo voy a estar allí—.

—que no se te olvide, vane. Igual te lo estaré recordando durante la mañana— Emma también dudaba de mi puntualidad.

—ya y ahora tengo a dos mujeres que dudan de mi. Si antes ya con una me bastaba, joder— dije entre suspiros.

—ese acento, niña— reía Emma mientras buscaba su chaqueta para irnos.

—¿el qué?— pregunté sin entender.

— que estás hablando con más acento andaluz que de costumbre—.

—estoy hablando con mi acento de fábrica ¿no ves lo temprano que es? A esta hora normalmente con suerte despierto para ir a hacer pis y volver a la cama. Agradece que hago el intento de hablar—.

Nos fuimos las tres directas al coche, aseguramos a cande en los asientos de atrás y comenzamos la ruta mientras Emma me la detallaba para que cuando fuera a buscar a cande no me perdiera, tenía tantas vueltas como para perderse, pero logré aprenderme el camino o eso creo.
En cuanto llegamos cande no se quería bajar del coche, pero Emma la convenció diciéndole que yo la llevaría a por una hamburguesa después de clases y se despidió muy felizmente.

—vane, no vengas mu' tarde que me aburro- dijo con un acento distinto al que normalmente tenía.

—estaré acá cinco minutos antes de que salgas, lo prometo— dije mientras le dejaba un beso en la frente.

Volvimos al coche y seguí en línea recta para llegar al hospital, en el camino Emma se iba maquillando, mientras cantaba una canción que sonaba en la radio.

—¿es idea mía o cande estaba hablando como yo?— pregunté en cuanto me acordé de la última frase que había dicho candela.

—lleva cuatro días hablando así, vane y recién te das cuenta— reía Emma mientras sacaba su labial rojo de sus bolsillos.

ESTA VEZ SÍ Место, где живут истории. Откройте их для себя