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—Quiero tener esto todos los días.

Levanto la cabeza tras escucharla decir eso y dejo el desayuno en la bandeja de nuevo. Hemos empezado a tomar todo en silencio tras habérselo dado. A ninguno nos gusta hablar mucho nada más despertarnos, por lo que siempre lo respetamos.

—Sevda... —murmuro.

—Kyle, llevo meses imaginando esto, queriendo despertar cada día a tu lado, pensando que eso nunca pasaría. Pero está pasando, cada noche me duermo abrazada a tí, y me despierto con tus besos. Y me pides que en ocho días lo olvide. Es como darle a un niño pequeño una piruleta y decirle que se la quitarás en un minuto.

Suspira con pesadez mientras piensa cómo seguir, tras unos segundos lo hace:

—¿Por qué haces esto? Me pides que duerma contigo, me pones un apodo cariñoso, me traes el desayuno a la cama, me despiertas con besos... Me tratas como tu novia, pero en unos días te irás. Porque es verdad, harás eso, sin importante dejarme a mí aquí, sin siquiera plantearte el no irte. Kyle, no puedo estar así. O todo o nada, pero a medias no puedo estar.

Aparta el desayuno lejos de nosotros y me mira con los ojos aguados. Un nudo se forma en mi garganta y cada vez que trago intentando que desaparezca se hace más y más grande. Juego con mis manos con nerviosismo mientras me muerdo el labio una y otra vez.

—No me pidas eso, por favor... —le suplico.

—Tú me pides que te quiera, que esté contigo cariñosa, que nos tratemos como pareja. Pero no lo somos. Ni lo seremos, porque en unos días te irás y yo me quedaré aquí, despertando en la cama en la que tú me has besado, la que tendrá tu olor.

El sonido del timbre hace que nuestra conversación se paralice. Me levanto cabreado hacia la puerta. Mi enfado incrementa al descubrir que la que está tras la puerta es Belinda.

Abro y enseguida se abalanza sobre mí.

—¡Kyle! —su grito se introduce hasta mi tímpano—, te he estado llamando y no contestabas. Pensé que te había pasado algo.

Cuando por fin se separa respiro aliviado. Su intensidad me agobia.

—Si no te he contestado ha sido porque he estado ocupado —respondo aún mosqueado.

—¿Qué has estado haciendo? —pasa por mi lado y se sienta en el sofá sin que nadie se lo diga. ¡Qué cara tiene!

Justo cuando voy a contestar, Sevda sale de mi habitación y al ver a Belinda se da media vuelta y entra de nuevo tras dar un portazo. Debido al golpe, Belinda se gira asustada y vuelve mis ojos a mí con rapidez.

—¿Quién hay en tu habitación? —Su tono de voz se vuelve rudo y molesto, ¿con celos?

—Belinda, no es un buen momento... —suspiro cansado de ella ya.

—¿Va todo bien? —Se acerca de nuevo a mí, y al ver que asiento con la cabeza disminuye aún más la distancia que nos separa y acerca sus labios a mi oído—. Te he echado de menos —susurra mientras muerde mi lóbulo.

Pego un salto al no esperarme ese acto y ella sigue besando mi oreja, mientras lentamente va bajando hacia el cuello.

El timbre suena y yo me separo como si tuviera un cohete en el culo. Nunca me he alegrado más de que alguien viniera.

—¿Y ahora quién narices es? —Sevda sale de la habitación echando humo por las orejas.

Pasa por nuestro lado y al vernos tan juntos su enfado aumenta. Cuando abre la puerta y aparece Arthur en el salón, los tres le miramos asombrado.

—¿Era Sevda? —dice Belinda pasando olímpicamente de la nueva visita.

—Sí, ¿tienes algún problema? —le contesta ésta cruzando los brazos, señal de que ha llegado a su límite.

Por otro lado, el recién llegado las observa sin entender nada.

—¿Qué haces aquí, Belinda? —La intervención de Arthur hace que todos lo miremos.

Al sentirse observado carraspea e intenta justificarse.

—Es decir... ¿qué está pasando? —pregunta torpemente.

Arthur se apoya en una y otra pierna constantemente, cambiando su punto de equilibrio. Se ha puesto nervioso, mucho.

—Arthur —nuestra vista ahora se va hacia Sevda—, ¿qué quieres?

—Mmm... —duda unos segundos sobre lo que va a decir—, ayer te noté rara, quería saber qué te pasaba.

La mira con el ceño fruncido, no muy seguro de lo que acaba de decir.

—¿Pues que están liados! ¡Eso pasa! —nuestra "amiga" nos señala con dedo amenazante.


***

Estos dos no pueden ser más odiosos de verdad 😡😡

Solo 20 días (COMPLETO)Where stories live. Discover now