· 20: Algo de verdad ·

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KYLE





Al poco se va Arthur y yo me encierro en mi habitación, tal y como ha hecho Sevda hace poco. Mi corazón se divide entre ir con ella o no. Pero ahora mismo no puedo. Demasiadas emociones por hoy. Primero me da a elegir, luego vienen estos dos y Sevda la echa sin saber el porqué, y después Arthur y sus tonterías.

¿Tan difícil es estar juntos?

***

Escucho el chirrido de la puerta y el débil susurro de Sevda:

—Tenemos una conversación pendiente.

Suspiro con pesadez debatiéndome en si quiero hablar con ella o no. Y la respuesta, por mucho que me duela, es no.

—En otro momento —intento no ser muy borde pero la voz me sale más fría de lo que esperaba. Ahora mismo no sé qué hacer con mi vida, y no me apetece hablarlo con ella.

Escucho sus pasos alejándose y acto seguido cómo cierra la puerta del apartamento. Se ha ido.

Algo dentro de mí me dice que me estoy equivocando, que ella no merece esta actitud y me estoy pasando. Pero la otra parte me dice que necesito estar solo. Sinceramente, no me importa si es verdad o no eso que me ha dicho Arthur. Es su vida, y no estábamos juntos en ese entonces. Ni ahora...

Me da igual si eso ha pasado o no. No tiene nada que ver con eso. Es solo que no quiero hacerle daño. En unos días me iré. Y tiene razón, la que se queda aquí es ella. Pero no tengo otra opción.

Claro que me gustaría quedarme, solo por ella. Y podría hacerlo, hice la preinscripción para el siguiente año aquí en la universidad, tengo plaza para seguir aquí. Pero si me quedo con ella, seguirá en peligro.

A parte, ¿nos iría bien juntos? Ahora ni siquiera somos pareja, y no nos complementamos, discutimos, y nos falta muchísima comunicación. Pero siempre por mi culpa, ella me cuenta todo. En cambio yo... tengo muchos secretos que ni se me pasa por la cabeza contarle.

Un silencio ensordecedor me rodea, la casa está solitaria, y lo único que se escucha son los pájaros de afuera cantando.

Es muy curioso, como solo en momentos así somos conscientes de sus cánticos. Ellos están felices ahí fuera, probablemente los machos están buscando cortejar alguna hembra. El instinto natural de los pájaros es encontrar pareja. Por eso compiten entre ellos para que la hembra les elija. Ella elegirá a los que mejor cantan, los que hacen melodías más largas y complicadas.

Algo que me sorprende mucho es su manera de cantar. Los pájaros no poseen cuerdas vocales, tienen un órgano en forma de globo, la siringe. Está ubicada sobre la tráquea. Cuando el aire entra por ésta y pasa por la siringe, unas membranas delgadas vibran y producen el sonido.

Son animales pequeñitos y bonitos, parecen inocentes y muy adorables. Pero en cambio mira, solo eligen a los que mejor cantan. Se basan en eso para encontrar pareja.

Y aquí estoy yo, pensando en pájaros, cuando la persona a la que amo se ha ido de casa pensando que no quiero estar con ella.

Ya no me rodea una nube de inseguridad, por lo menos no tan grande. En cuanto Sevda llegue le voy a decir lo que siento, y lo que me han dicho. Voy a contestar a su pregunta.

Pero como no, un mensaje llega para cambiar todo. 


"Yo que tú no me quedaría muy solo. Pueden pasar cosas inesperadas."


Suspiro ya cansado de estas amenazas.

"TODAVÍA no sé quién eres, pero ten cuidado porque

Solo 20 días (COMPLETO)Where stories live. Discover now