Solo 20 días (COMPLETO)

· 15: ¿Eso pasó? ·

SEVDA

Kyle nos deja su móvil para que podamos ver la foto. En la imagen aparece mucha gente joven, la mayoría con vasos en la mano, otros están borrosos, al haberse hecho la foto mientras se movían. El fondo está muy oscuro, por lo que se supone que es de noche. No se ve más aparte de eso.

—¿Te suena esta noche? ¿Ves a esas personas de ahí? ¿Las reconoces verdad? Ahí estáis tu amigo Roberto, tú y alguien más. Pero hay una persona que segundos después de haberse hecho esa foto, desapareció. Y tú sabes perfectamente qué le pasó a esa persona. Aléjate de Sevda, o esta imagen y todo lo que pasó esa noche saldrá a la luz —lee el mensaje con las manos temblorosas.

Miriam me mira con los ojos abiertos como platos y yo suspiro. Ya me sé la historia, pero hace unos minutos he reaccionado igual que mi amiga. Me sigue costando asimilarlo.

—Efectivamente, en esa foto salimos mi amigo y yo. Junto a nosotros está un compañero. Los tres habíamos bebido mucho, todos estábamos borrachos esa noche, se nos fue de las manos la fiesta —para de hablar para tomar aire y después continua—. Al día siguiente me despertó la policía en mi casa. Nuestro compañero había desaparecido, y nosotros fuimos los últimos en verlo. Pero no recuerdo nada, ni siquiera sé cómo llegué a mi casa. No sé qué le pasó.

—¿Y la policía no averiguó nada? —pregunta Miriam medio asustada.

Él niega, nadie supo nada.

—Ninguno de los que estábamos allí sabemos dónde fue ni qué hizo. No encontraron su cuerpo, ni a él.

Cierra los ojos mientras suspira una y otra vez. Supongo que intentando hacer memoria.

—Solo encontraron sangre justo donde estábamos nosotros —Se señala a él mismo en la foto—. A nuestro lado había un acantilado, pero lo examinaron muchas veces, él no se cayó por ahí. Esta persona sabe qué pasó, y me culpa a mí. En cambio yo... no sé nada. No sé si es verdad...

Me muerdo el labio al escucharle decir eso. Es la segunda vez que alguien dice que ha hecho algo y él no se acuerda. Le quiero creer, de verdad que quiero pensar que es inocente, pero siempre le pasa lo mismo. Se emborracha y hace cosas que luego ni recuerda.

De repente un ruido sobresale por encima de todo el silencio. El tono de llamada de Kyle. Se queda mirando la pantalla, pero pasan los segundos y el sonido sigue. El cuerpo le tiembla y su semblante ahora es de un color blanco fantasmal.

Es Miriam la única capaz de reaccionar, yo intento ir con él, pero no puedo. Lo único que soy capaz de hacer es mirarle preocupada.

—Es ese número —acaba aclarando nuestra amiga.

Todos suspiramos de alivio al dejar de escuchar la llamada. Pero un sonido hace que tenga aún más miedo que antes. Suenan tres golpecitos en la puerta principal y algo se desliza por debajo de la madera.

Miro a Kyle llena de miedo y corro hacia él mientras le abrazo con fuerza. No han sido unos golpecitos normales, han sido apresurados, como si quisiera transmitir miedo. Como si nos quisiera avisar de algo.

De nuevo es nuestra amiga la valiente y corre hacia la mirilla intentando ver algo. Pero niega, no hay nadie tras la puerta.

Al volver a nuestro lado trae el papel que se ha deslizado bajo la puerta. Y juntos lo leemos.

Te advertí, Kyle. Te dije que dejaras a Sevda, que si no le contaba todo. Pero no puedo, lo has contado tú. Cosa que tampoco deberías haber hecho.

¿Piensas que así te desharás de mí?

Estás muy equivocado, desde ahora seré tu peor pesadilla. Bueno, VUESTRA peor pesadilla.