· 22: ¿Dónde estás? ·

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MIRIAM





Miro la hora desesperada, son las nueve de la noche y el teléfono de Sevda está apagado. Menos mal que Kyle no ha contactado conmigo. No sería capaz de mentirle. No puedo decirle que ella está conmigo, cuando en realidad sé que no. La verdad es que está con otro chico ahora mismo, mintiendo a su novio, y él estará en su apartamento tan tranquilo esperando a que ella llegue para dormir juntos.

Pero es que no me entra en la cabeza, si ahora están bien, si les quedan pocos días para estar juntos, ¿por qué le miente? Quiero entenderlo, pero no puedo. Sé que ella no le engañará con él, pero ya le está mintiendo. Ya le está diciendo que está con una persona, ocultando que con quien realmente está es un chico. No le veo ni pies ni cabeza a esto que está haciendo mi amiga.

Y sé que somos mejores amigas, y que debería cubrirla y ayudarla. Pero no puedo, la conciencia no me deja tranquila. Llevo todo el día pensando en Kyle, en lo que confía en ella. Es más, todo el rato viene a mi mente la imagen de mi amiga en casa de otro hombre.

***

Ya a las once la inquietud puede conmigo y voy a casa de mis amigos. Al llegar, Kyle me mira asombrado, posa su mirada detrás de mí, supongo que buscando a Sevda, y después se para en mí.

—¿Y Sevda? —su pregunta hace que todo se me caiga encima. Tenía esperanza de que se hubiera quedado sin batería y estuviera en su casa.

—¿Puedo pasar? —le pregunto ya desesperada. No sé cómo contarle esto.

Mi amigo asiente aún aturdido y ambos nos sentamos en el sofá.

—Sevda no estaba conmigo —Esa contestación le descoloca más.

—Esta mañana se fue porque quedó contigo —comenta seguro.

—Verás... —cojo aire y lo suelto—, ella no ha quedado conmigo, me dijo que la cubriera. Pero estoy nerviosa, han pasado muchas horas y ella aún no ha llegado. Me preocupa, su móvil está apagado y eso es muy raro en ella, siempre lo tiene encendido. Desde que llegó a su casa dejó de contestarme.

—¿Con quién ha quedado? —me interrumpe nervioso.

—Con Arthur...

Mi voz se debilita al decir ese nombre. Porque no sé qué reacción esperar. Ese chico se ha empeñado una y otra vez en separarles, en fastidiarles. Y cuando por fin están juntos, ella decide quedar con él a espaldas de Kyle.

Mi amigo se levanta con rapidez lleno de nerviosismo.

—¿Ha ido a su casa? —grita asustado.

Intenta llamar a su novia pero tal y como le he dicho, el teléfono está apagado, no tenemos señales de Sevda.

—No creo que haga nada... —le digo confiando en ella, aunque ya estoy en duda.

—Miriam, yo sé que ella no hará nada. Pero, ¿y él?, no sabemos dónde vive, ni quién es su hermana, nunca ha hablado de su familia. Llegó a nuestras vidas de la nada —escupe todo con gran velocidad—. Solo sé que está obsesionado con destruir nuestra relación. Y ya no es solo él, está el de los malditos mensajes, que nos tiene amenazados. ¿Y si tiene a Sevda?

Respiro con dificultad conforme le voy escuchando, ni siquiera había pensado en eso. Había olvidado completamente las amenazas.

¿Y si la han hecho algo?, ¿y si ha cumplido sus amenazas?

Intento relajarme, si nos ponemos nerviosos no llegamos a nada. Pero ya es tarde para eso, porque Kyle no deja de andar de un lado para otro mientras se agarra el pelo con fuerza. Y repite una y otra vez lo mismo:

Solo 20 días (COMPLETO)Where stories live. Discover now