· 19: Algo pasa·

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SEVDA


Mientras los tres se ponen a discutir sobre si a ellos les afecta o no que estemos juntos, mi mente se va hacia otro lugar. Y es que cuando Arthur ha entrado se ha sorprendido muchísimo al ver a Belinda aquí. Ni siquiera ha podido ocultar su inquietud. Pero no solo eso, parecía más un regaño que una pregunta, como si ella no pudiera estar aquí.

Además, yo no estaba rara hablando con él, eso se lo ha inventado.

Entonces, ¿por qué está aquí? ¿Qué está pasando aquí?

Cojo a Arthur del brazo separándolo de la discusión en la que han entrado y me le llevo a mi habitación a empujones. Ante la atenta mirada del resto.

—¿Qué pasa? —me pregunta confundido.

—Eso te quiero preguntar yo. ¿Qué haces aquí? Eso de que me pasaba algo es mentira, y lo sabes perfectamente.

—Es verdad, no es mentira. Me evitaste y me colgaste en seguida.

Intento recordar cada palabra que le dije por llamada y de repente me viene algo.

—¡Tu hermana! —suelto de repente—, tenías que acompañar a tu hermana a un sitio. Hoy, entonces, ¿qué haces aquí?

Mi pregunta no es por curiosidad. Es una acusación, porque ya van dos mentiras que han salido de su boca en estos últimos días. Y esperemos que no haya más.

—Ya te lo he dicho —contesta con poca paciencia—, estaba preocupado por tí.

—Nunca me has hablado de tu hermana.

Él se queda callado, parece que he dado en el clavo. No sabe qué contestar, porque me mira con nerviosismo en los ojos y finalmente contesta.

—Es que no nos llevamos muy bien, somos muy distintos y chocamos mucho.

Decido darle la respuesta como buena. Al fin y al cabo es su vida, él decide qué contar y que no.

***

Salimos de mi habitación y descubro que Belinda aún no se ha ido. Al llegar a su lado, Kyle nos mira a los dos y con la mirada me dice todo. Está angustiado, hace poco hemos tenido una conversación que se ha quedado en el aire. A mí me recorre el mismo nerviosismo por el cuerpo, no me ha respondido sobre lo que hará.

—¿Queréis beber algo? —pregunto por cortesía. Pero al segundo me arrepiento de preguntarlo, porque los dos asienten con ímpetu y voy hacia la cocina a por refrescos.

—Te ayudo —Belinda se levanta detrás de mí.

—Son solo cuatro vasos, no necesito ayuda, gracias —Hace caso omiso y viene conmigo.

Ya en la cocina, le doy los vasos ante su atenta mirada. Se nota que hay algo que me quiere decir, pero no se atreve a decirlo.

—¿Tienes algo para comer? —pregunta con una sonrisa falsa. Eso no es lo que quería decir, sigue nerviosa por algo.

—Suéltalo ya, Belinda —paro de sacar las cosas para sentarme esperando a que hable.

—¿El qué? —responde con inocencia. Pero la conozco lo suficiente para saber que hay algo que me quiere decir o preguntar. A mí no me la cuela.

—Pregunta lo que quieres saber.

Ella sonríe y acto seguido se sienta en frente mío.

—Antes... —empieza a hablar—, saliste de la habitación de Kyle... y volviste a entrar de nuevo... ¿por qué?

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